Ya lo hacían FRED ASTAIRE o GENE KELLY en los clásicos del cine musical, cuya virtuosidad en sus bailes eran capaces de transmitir riesgos y cuyo control técnico y sentido del ritmo en la ejecución eran asombrosos. Gracia, originalidad y precisión presidían al protagonista absoluto que era el número de baile y cuyo principal objetivo era dejar al […]
Fuente: este post proviene de El Palomitrón, donde puedes consultar el contenido original.