La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. Por ejemplo, un gol en el último minuto del equipo pequeño frente al poderoso, la victoria de David contra Goliat, la resurrección de Bertín Osborne como estrella definitiva de la televisión nacional, el éxito global del nuevo disco de Justin Bieber o la vis cómica de Ryan Gosling emergiendo como un Titanic de las profundidades del océano. Quedémonos con lo último y dejemos los sesudos análisis de los otros temas para más adelante. ‘Dos buenos tipos’, la nueva película de esa extraña mezcla de guionista superestrella y director maldito llamado Shane Black, es, en sí misma, una sorpresa constante. Una combinación explosiva y repleta de buenas ideas entre ‘Boogie Nights’, ‘Puro Vicio’, ‘Arma Letal’ y, claro, ‘Kiss Kiss Bang Bang’, la (aún hoy) mejor película de Black. Influencias, no comparaciones.
Porque estamos ante una película con la suficiente personalidad y carisma como mantenerse a flote sin necesidad de ayudas externas o influencias que rocen el plagio. El universo noir está, la comedia de acción de toda la vida está, los dos personajes obligados a entenderse están. Y sin embargo, respiran con vida propia, transmiten frescura, se apoyan en el estereotipo para crecer y alcanzar una ternura insospechada. El guión firmado por el propio Black con ayuda de Anthony Bagarozzi se mantiene en alerta desde el comienzo, siempre pendiente de controlar una estructura en la que los diálogos ingeniosos y el espectáculo deben mantener un ejemplar equilibrio que haga que, lo visto y una y mil veces, consiga entretener como si fuera la primera vez. Y aunque el conjunto cuente con pequeños baches en su parte central, ‘Dos buenos tipos’ logra todos sus objetivos con una solvencia y eficacia a prueba de balas.
Por supuesto, nada hubiera sido posible si la química entre sus protagonistas hubiera fallado. Afortunadamente, lejos de lamentarnos por la tragedia, toca celebrar por todo lo alto el reencuentro con un Russel Crowe en plena forma y el descubrimiento absoluto que supone Ryan Gosling como artefacto cómico de primer nivel. Él, acompañado de ese personaje de oro que compone Angourie Rice como su hija, roba todas y cada una de las escenas en las que está presente, mostrando un control de la comedia deslumbrante. La sorpresa dentro de la sorpresa, el as que eleva a ‘Dos buenos tipos’ al notable. Un entretenimiento brillante en sus mejores momentos, inteligente en su manejo de la intriga y, por encima de todo, muy divertida. Una vieja y conocida melodía interpretada con el talento y el entusiasmo de un experto en la materia.
Redacción: Alberto Frutos
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