UP NEXT…AD Calidad Auto360p720p1080p Esta semana en la historia – Emperador Romano asesinado por una fiesta decadente por Connatix
El 30 de diciembre de 1941, el primer ministro británico Winston Churchill se dirigió al Parlamento canadiense. Recién salido de las consultas con el Presidente Franklin Roosevelt, presentó una visión audaz para el futuro curso de la guerra. La audacia no era nueva, pero había una nueva garantía de que el resultado de la guerra ya no estaba en duda. Desde el principio de la guerra Churchill había hablado de que Gran Bretaña lucharía sola, a cualquier precio. Ese día habló elocuentemente de un círculo de naciones vengadoras atacando las ciudadelas de las potencias culpables.
El historiador y periodista galardonado Andrew Nagorski se centra en 1941 como el año que marcó la trayectoria que llevó a la derrota final de la Alemania nazi por los aliados. A finales de año, Adolf Hitler había tomado casi todas las decisiones equivocadas posibles, tanto políticas como militares, asegurando así la destrucción del Tercer Reich.
Hitler era un jugador, y en 1940 ganó constantemente; pero en 1941 sus apuestas en escalada resultaron desastrosas. Frustrado por la negativa de Gran Bretaña a capitular, invadió la Unión Soviética en junio, apostando por una rápida victoria. Pero una serie de errores militares y su ceguera voluntaria a una realidad que no se ajustaba a sus expectativas harían que la operación se tornara muy amarga. Cuando Japón atacó a los Estados Unidos en Pearl Harbor, Hitler se apresuró a declarar la guerra a los Estados Unidos, creyendo, increíblemente, como Nagorski señala, que esta ampliación de la guerra era una ventaja para Alemania. La guerra se convirtió en un conflicto global. En lugar de enfrentarse a una Gran Bretaña bombardeada y asediada que estaba sola, Hitler había creado dos nuevos y poderosos enemigos: la Unión Soviética y los Estados Unidos.
Nagorski entreteje hábilmente las narraciones diplomáticas, políticas y militares en un conjunto convincente. Ricamente contextualizado, su relato de este año crucial se sitúa en un amplio marco del conflicto desde sus inicios hasta el mundo de la posguerra. Su tratamiento de las personalidades y pensamientos de Churchill, Hitler y Joseph Stalin mientras tomaban decisiones (buenas y malas) que se desprendían de sus propósitos añade mucho al atractivo carácter del libro.
-Justin D. Lyons