El Bierzo se sitúa en una llanura conocida como “hoya” o depresión central, y está resguardada por un cinturón montañoso que impide el paso del clima atlántico.
Su altitud media superior es de 800 metros sobre el nivel del mar.
Ese cerco montañoso lo componen:
Al noroeste: Sierras de Ancares y Caurel.
Al sur: Montes Aquilanos y Sierra de Pobladura.
Al norte: Sierra de Gistredo.
Economía: Las minas de carbón y la agricultura han sido tradicionalmente las bases de su sustento y de su economía. Hoy en día, como otras zonas de León, tiene en el turismo rural una de sus esperanzas de futuro.
Lugares más destacados de El Bierzo:
Las Médulas es uno de los principales atractivos, declarada como Patrimonio de la Humanidad. Un paraje que nos muestra restos de las explotaciones romanas que buscaban oro para sostener el imperio.
En Ponferrada está la mayor oferta de cultura y ocio a nivel comarcal pero para disfrutar de todo El Bierzo hay que desplazarse por varias zonas.
Otros lugares importantes en El Bierzo son:
Lago de Carucedo (muy cerquita de Las Médulas)
Peñalba de Santiago (al sur de Ponferrada), donde destaca El Valle del Silencio (un recondito lugar en los Montes Aquilanos, que entre los siglos IX y X fue elegido por un grupo de ermitaños para alejarse del mundo y acercarse a Dios) y la Iglesia de Santiago de Peñalba, considerada una auténtica joya del mozárabe leonés.
En la zona de Villablino y Laciana están unos de los más bellos paisajes de la provincia (en la frontera con Asturias). Cerca de allí, está la estación de esquí de Leitariegos.
Por la zona de Bembibre (al noreste de Ponferrada), está la sierra de Gistredo y Colinas del Campo de Martin Moro, así como toda la belleza del valle del río Boeza.
Los Ancares son una zona muy característica de León. Su emblema son las Pallozas, los hórreos y los paisajes.
Gastronomía
El Bierzo es un lugar con una gastronomía muy importante. Tiene varias denominaciones de origen y marcas de calidad como los vinos del Bierzo, la manzana Reineta , las castañas o el botillo.
Esplendor en época romana
Desde que los romanos desembarcaron en Ampurias en el año 218 a.C, la inserción del Bierzo en el mundo romano se hizo rápidamente, resultando de las riquezas auríferas de la zona (Las Médulas, entre otras explotaciones auríferas) multitud de cambios tanto en la organización social como en la económica y en la geográfica, desplazándose núcleos de población y creándose nuevas ciudades (Interamnium Flavium).
LAS MÉDULAS
Las Médulas es un entorno paisajístico formado por una antigua explotación minera de oro romana, y se localiza en esta comarca del Bierzo, en la vertiente noroeste de los Montes Aquilanos. Está considerada la mayor mina de oro a cielo abierto de todo el Imperio romano.
Este entorno fue declarado Bien de Interés Cultural en 1996, en atención a su interés arqueológico. En 1997 fue declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad y Monumento Natural en 2002.
La conquista romana en la península ibérica comienza en el 218 a.C. con el desembarco en Ampurias (provincia de Gerona). Es el inicio de la Segunda Guerra Púnica, que enfrenta a Roma contra Cartago, la otra gran potencia del Mediterráneo Occidental. Esta guerra acabaría en el año 201 a.C. con la rendición de Cartago. Después de la expulsión de los cartagineses continúa la ampliación del dominio romano por el resto del territorio peninsular. Hispania se convierte así en una zona de expansión para la República de Roma. La conquista termina en el año 19 a.C. con el fin de la guerra contra cántabros, astures y galaicos.
En Las Médulas, los romanos empezaron a trabajar en la época del emperador Octavio Augusto (27 a. C. – 14 d. C.), quien dirigió personalmente la mayor parte de las acciones. Aquí montaron la mayor explotación aurífera del imperio. Todas las circunstancias eran favorables: tierras aluiales con oro diseminado, abundante agua con mucha pendiente para producir fuerza hidráulica y suaves pendientes hacia el Sil para propiciar los desagües.
Durante casi 300 años de explotación, miles de obreros removieron millones de metros cúbicos de tierra, lavándola con agua aportada por los canales venidos de muchos kilómetros de distancia por las montañas. Con un rendimiento medio de 3 gramos de oro por tonelada de tierra, aportaron a la poderosa Roma casi un millón de kilos de este preciado metal.
El trabajo de ingeniería realizado para la extracción del mineral supuso la alteración del medio ambiente pero dio como resultado un paisaje de arenas rojizas, con cuevas y cubierto de castaños y robles. Se considera un “paisaje cultural” y tiene la denominación de “Parque Cultural”.
En sus inmediaciones se encuentra una cantera que a pesar de ser declarada ilegal en 2008 continúa en funcionamiento.
Plinio el Viejo (23 d.C – 79 d.C.), que en su juventud fue administrador de las minas, relata que se extraían al año 20 000 libras de oro. En cuanto al número de trabajadores, Plinio habla de 60.000 obreros. En sus escritos comenta la dureza del trabajo.
PONFERRADA
La capital del Bierzo es una ciudad llena de vida que no ha dejado de crecer durante todo el siglo XX y que hoy, sigue haciéndolo. Es el motor económico y cultura de todo el Bierzo.
Es la puerta de Castilla y León hacia Galicia y la salida de Galicia hacia la meseta. En la Edad Media sus aduanas proporcionaban las rentas más altas del reino.
Referencia indiscutible en el Camino de Santiago a lo largo de la historia.
Orígenes de Ponferrada
En el año 1082 el obispo Osmundo de Astorga ordena construir un puente de madera reforzado con hierro sobre el Río Sil que facilitara el paso de los peregrinos que se dirigían a Santiago, el puente fue llamado “Pons-Ferrata”. A partir de ahí surgió el primer núcleo de población llamada “Puebla de San Pedro” en honor a la iglesia románica que estaba a la salida del puente. Más tarde, esta pequeña población se une al poblado que había construido Fernando II de León (1137 – 1188) en la otra orilla, y así nace la Villa de Ponferrada.
En el año 1178, fines del siglo XII, la ciudad fue donada a los Caballeros Templarios por el rey Alfonso IX (1171 – 1230) con la misión de proteger a los peregrinos del Camino de Santiago que por allí pasaban. Es así como Ponferrada se convierte en ciudad templaria por excelencia.
Los templarios fueron expulsados en 1312 y su castillo acabaría siendo el símbolo de la ciudad.
Ponferrada tiene dos partes bien diferenciadas:
El casco histórico, donde se concentran todos los monumentos.
La ciudad nueva, donde se concentran las calles de compras y de tapeo.
Ruta por el casco histórico:
El casco histórico es de dimensiones reducidas, por lo que nuestro itinerario va a ser muy fácil y corto.
Partimos desde la Avenida del Castillo, después de cruzar el puente, donde veremos a mano izquierda el impresionante Castillo.
Castillo de los Templarios
Sin lugar a dudas, el monumento más importante de Ponferrada es su Castillo Templario, con más de 8.000 m2 de superficie, es uno de los más impresionantes de todo el estado. Se halla situado en el promontorio donde confluyen los ríos Sil y Boeza, en una pequeña meseta donde se asienta la Ponferrada antigua.
Declarado Monumento Nacional Histórico Artístico en 1924. El Castillo que hoy conocemos es el resultado de una larga serie de ampliaciones y reformas que van desde la primera planta, de forma cuadrada (siglo XII) hasta las últimas zonas construidas a finales del siglo XV y principios del siglo XVI.
Cuando Ponferrada pasa a depender de la Orden del Temple en el año 1178, por donación de los reyes de León, los templarios se encuentran una pequeña fortaleza que fue en su origen un castro celta. Ellos refuerzan y amplían el recinto amurallado a partir del año 1218, para proteger y custodiar a los peregrinos del Camino de Santiago y defender la entrada a la zona noroeste de la península. Estaría acabado en el año 1282.
Los Caballeros Templarios fueron una de las más poderosas órdenes militares cristianas de la Edad Media. Se mantuvo activa durante algo menos de dos siglos. Militarmente, sus miembros se encontraban entre las unidades mejor entrenadas que participaron en las Cruzadas.
En 1312 se extingue la Orden Templaria y el Castillo pasa a ser propiedad de los Reyes de León, siendo donado a D. Pedro Fernández de Castro (Señor de Lemos y Sarria) por Alfonso XI, pasando por primera vez a la poderosa familia de los Núñez de Castro y posteriormente de los Reyes Católicos.
Desde aquí parten las callejuelas que os llevarán al casco histórico de Ponferrada. De noche, iluminado, conserva una magia especial, como todo lo que rodea al mito templario.
Al llegar a la Plaza del Temple, junto al Castillo, unos pasos más allá, encontraremos una pequeña iglesia que merece la pena detenerse:
Iglesia de San Andrés
Templo de origen medieval, situada a los pies del Castillo, aunque el templo actual es barroco, de finales del siglo XVII. Posee planta de cruz latina, cúpula sobre pechinas en el crucero y torre cuadrada de tres tramos. En su interior se albergó el Cristo de la Fortaleza o de las Maravillas, que hoy se encuentra en la Basílica de la Encina.
Entre el Castillo y la Iglesia de San Andrés, discurre la calle Gil y Carrasco. Aquí localizamos la Casa de los Escudos, a mano derecha, una casona solariega, barroca, del siglo XVIII que alberga el Museo de la Radio Luis del Olmo. Se inauguró en el año 2003 y a través de sus radios centenarias es posible conocer la historia de este medio en España. La entrada cuesta unos 3€.
Justo enfrente, está la Oficina de Turismo, y desde allí sólo tenéis que subir unos metros, continuando por la calle Gil y Carrasco, y llegamos a la Plaza de la Encina. A mano derecha se encuentra el templo de la Patrona de ciudad:
Basílica de Nuestra Señora de la Encina
Templo renacentista que custodia a la patrona de la ciudad, la Virgen de la Encina, conocida como “La Morenica”.
Según la leyenda, fue traída desde Jerusalén por Santo Toribio (Obispo de Astorga) y custodiada en Astorga hasta las incursiones musulmanas cuando, por seguridad, se decidió enterrarla en una zona apartada, eligiéndose un encinar en el Bierzo. Siglos más tarde, mientras los templarios construían su fortaleza, explotando los encinares cercanos, fue hallada y convertida en patrona del lugar.
Museo del Bierzo, Torre del Reloj y Ayuntamiento
Siguiendo por la calle del Reloj, a mano izquierda dejamos el Convento de la Purísima Concepción (siglo XVI) y justo enfrente del mismo se encuentra la Real Cárcel. Las obras de este edificio, comenzaron hacia 1565, bajo la dirección del maestro Francisco Samper. Hoy en día alberga el Museo del Bierzo. Consta de tres plantas, dos para exposiciones permanentes de arte y arqueología y una planta destinada a exposiciones temporales. La entrada cuesta 2,50 €.
Al final de la calle vemos la imponente Torre del Reloj, y pasamos por debajo de ella a través de un arco, el cual nos da acceso a la Plaza del Ayuntamiento. La torre, de estilo renacentista, fue construida en el año 1567 encima del Arco de las Eras, única puerta que se conserva de la muralla medieval.
En la Plaza del Ayuntamiento, aprovechamos para tomarnos un aperitivo en los agradables cafés aprovechando el resguardo de los soportales y de la que salen varias callejuelas medievales que vale la pena recorrer. Aprovechamos la parada en la plaza, para hacer la última visita: la Casa Consistorial. Es una interesante muestra del barroco civil. Las torres rematan en una esbelta aguja al estilo austria. En su fachada central destaca el blasón con los símbolos imperiales.
La ciudad nueva:
Al otro lado del río se encuentra la ciudad nueva, donde se concentran las calles de compras y cafeterías, alrededor de la Avenida de España. Algunas de esas calles son peatonales.
En esta zona podemos aprovechar para visitar el Museo del Ferrocarril. Desde 1918 hasta 1980, una línea Férrea transitaba entre Villablino y Ponferrada para transportar el carbón de las cuencas mineras del Sil. El tren se convirtió en el eje fundamental del progreso económico e industrial de toda la zona, además contó con una línea de pasajeros, siendo el último en España en utilizar locomotoras de vapor. En el museo, ubicado en el edificio de la vieja Estación, se guarda hoy memoria de todo aquello. Su entrada cuesta 2,70 €.
El Museo Nacional de la Energía, nos introduce en la historia de la minería en la comarca, siendo el punto de referencia perfecto para emprender una visita por este entrañable paisaje. El carbón ha estado presente durante casi un siglo como uno de los elementos identitarios más enraizados del Bierzo, tanto del territorio como de sus habitantes. La comarca del Bierzo, en León, ha sido junto a las comarcas mineras asturianas coprotagonista de la industrialización española, al constituir junto a estas el área estratégica de provisión de carbón nacional, recurso energético fundamental durante la industrialización del siglo XX.