Mi naturaleza es dada al cambio, me hace sentir viva. Pero todo en su justa medida, por supuesto.
Me ha costado 6 meses encontrar el equilibrio mental, para mirarme al espejo y reconocerme entre tanto caos.
Hace un año todo era tan diferente: abrimos un café y lo cerramos 90 días después; tuvimos que empezar de casi-cero con nuevas rutinas de vida que ocupan mi cabeza de lunes a sábado; hemos perdido personas y peludos que amábamos; y adoptamos a un nuevo miembro en la manada con el que hemos tenido que trabajar la convivencia.
De repente todo lo que conocíamos, nuestra rutina dominada y perfecta, quedó trastocada.
Siento que llevo 6 meses sumergida en una vorágine veloz de un día tras otro, tras otro, tras otro… Despertar, desayunar, trabajar, comer, trabajar, hacer mercado, cenar, dormir, y así en un loop infinito que me hace sentir como un hámster corriendo en una rueda, sin llegar a ningún lugar.
Tanta velocidad me ha dado tal vértigo, que mi mente y mi cuerpo entraron en ese estado llamado “inercia”, en el que te dedicas a mal vivir un día tras otro, sin detenerte un segundo a pensar qué quieres.
Todo lo que me hace realmente feliz lo dejé a un lado, para fijar el foco en lo urgente; pero ya es hora de volver a lo realmente importante: lo que me hace soñar, crear, divertirme y de todo esto el blog es una pieza clave.
Y llegado a este punto, es importante aclarar: este post no va de dejarlo todo y seguir tus sueños ¡Y a vivir la vida hippie! Aunque me encantaría que fuera así, la realidad es que necesito esas 40 horas semanales para estabilizar nuestra vida.
Pero no vamos a desanimarnos porque con equilibrio se puede balancear el trabajo, el ejercicio y el blog. Quizás no tenga tantos posts semanales, o tarde más en editar los vídeos: pero si disfruto haciéndolo por qué permitir que la vida se me vaya en despertar, desayunar, trabajar, almorzar, trabajar, cenar y dormir.
Es muy difícil complacerte, darte tiempo, pensar primero en ti. Vivir de acuerdo a lo que tú quieres, aunque no siempre sea lo que necesites. Quitarte las preocupaciones sobre el dinero, el trabajo, la colada o la escoba que hay que pasar. Es hora de apagar ese botón y decir “hoy quiero dedicarme al sofá, a cantar o a recortar revistas”.
A eso me refería al comenzar a escribir este post. Es difícil, pero hay que hacerlo, porque vale la pena, aunque tengamos que quitarle horas al sueño, seguiré escribiendo nuestras memorias.
¿Has tenido esta sensación alguna vez?Apuesto que si, ¿A qué botón le diste para detener la rueda? ¿A qué te dedicas para romper con la rutina inerte que a veces nos agobia?
Me encantaría leer tu respuesta.Yo cierro estoy por hoy, que nos vamos al campo a pasear, pero antes la mejores fotos de estos últimos días y un agradecimiento gigante a Aula Cm por incluirnos en su lista de 250 mejores blogs escritos por mujeres (¡Menudo shot de energía, ver a Simpletybs entre tanto bicho grande!)
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