Detrás de una mentira se oculta una baja autoestima, falta de confianza en uno mismo, inseguridad, temor al rechazo, vergüenza, miedo al castigo y a la crítica y, en muchos casos, el deseo de manipular al otro.
Empezamos a mentir a partir de los cuatro o cinco años. No por maldad, sino para experimentar y mejorar nuestro manejo del lenguaje. Luego lo seguimos haciendo para suavizar la realidad o para lograr nuestros objetivos.
Mentimos de manera frecuente y consciente
¿Cómo podemos detectar cuando alguien miente? A través del aspecto físico, la comunicación no verbal (los gestos) y el mensaje verbal. La persona que miente inicia su relato lentamente, frunce el ceño, tiende a presionar los labios, traga más saliva, se toca la nariz, juega con el pelo o realiza movimientos repetitivos. La persona que miente pasa de los habituales diez parpadeos por minuto hasta cincuenta, ofrece pocas explicaciones, duda, desvía la mirada, tiende de manera espontánea a justificarse sin que se le pida y tartamudea.
Síntomas de una persona mentirosa
¿Es cierto que al mentir nos crece la nariz? Lo cierto es que sí, ¡como a Pinocho! Cuando mentimos se liberan unas sustancias químicas que inflaman el tejido interno de la nariz, ésta se hincha un poco y sentimos la necesidad de rascárnosla.
Y quién miente mejor, ¿los hombres o las mujeres? Las mujeres lo suelen hacer más hábilmente. Cuando los hombres mienten el lenguaje de su cuerpo resulta muy evidente.
Al mentir el tejido interno de la nariz se inflama
Existe un vídeo muy interesante en el que podemos ver cómo reacciona el cuerpo cuando alguien miente. Es el vídeo de Bill Clinton, el expresidente de Estados Unidos, declarando en el Senado sobre su relación con la becaria Monica Lewinsky. En el vídeo asegura que había tenido una relación inapropiada, pero no sexual, con Monica Lewinsky. Clinton fue absuelto y, al cabo de un tiempo, reconoció que había mentido.
Expresar nuestras emociones de una forma sincera y constructiva es algo fundamental que deberíamos aprender en casa y en la escuela. Una mentira siempre pone en duda mil verdades.