Cuando las cosas no evolucionan como quieres te frustras, una vida que está en tus manos y pierdes, un amor que cambió y no quieres adaptarte, un lugar que ya no es el mismo aunque siga siendo igual, una manera de ver la vida de una forma diferente a la que estabas acostumbrados a ver, cosas que antes querías o deseabas y ya no, etc.
A veces nos cegamos a aceptar los cambios de personas, de lugares, de situaciones de la vida cotidiana; pero en algún momento tenemos que detenernos a echar un vistazo de 360° y empezar a aceptar, no siempre lo que fue sigue siendo igual pero está en nosotros abrir los ojos, observar, pensar y reflexionar sobre todo lo que nos inquieta aunque no lo queramos ver, porque si está en nuestra mente es porque el corazón lo siente y cuando él habla no hay razón que pueda con ella, tienes que escucharlo y punto, sea para aceptar lo que dice o llevarle la contraria, pero nunca podemos ser indiferentes a él
Seamos realistas, veamos la verdad que está en frente de nosotros aunque se libre una gran batalla entre mente y corazón por eso, al final siempre una de las dos tiene que ganar, no evitemos las cosas que tenemos que ver solo porque no queremos o porque no queremos sentirnos mal, aprender a identificarlas es el primer paso, de esta manera podemos empezar a aceptarlas o no, según como nos sintamos con una u la otra opción, ya será el corazón o la razón la que nos dirá, pero evitar lo que no queremos ver no ayudará nunca y los cambios siempre son inevitables.