Y es que durante los cuarenta capítulos que componen estas primeras cuatro temporadas, rememoraran y reinventan constantemente la estructura narrativa acosado/acosador de los largometrajes, pero lo hacen profundizando al máximo en la motivación de sus protagonistas y dando la vuelta a la tortilla en muchas ocasiones para que nadie ni nada de lo que veas sea blanco, negro o viceversa. Este es el mayor logro de la serie y lo que realmente engancha, la relación entre los personajes y su evolución, como si de una telenovela clásica se tratara, en la que drama y comedia se mezclan en episodios de treinta minutos que pasan volando.
Además, tenemos una buena cantidad de peleas karatekas con coreografías increíblemente bien ejecutadas por adolescentes que en la ficción llevan poco tiempo entrenando, una explotación constante y electrizante de la nostalgia encabezada por las figuras de Zabka/Lawrence y de Macchio/LaRusso o gran cantidad de giros sorprendentes de guion que aun siendo inverosímiles, forzados y previsibles resultan estimulantes y vibrantes elevando esta serie muy por encima de su triple inspiración cinematográfica original.
Mi puntuación: 8/10
Mini críticas de toda la saga "Karate Kid".