El caso es que, aunque hacía muchísimo tiempo que no desfilaba (pues en los últimos años he estado más bien"al otro lado", como presentadora de eventos, jurado en castings, blogger de moda y, por supuesto, como espectadora en el front row), subirse a la pasarela es como montar en bici: no se olvida. Si bien es cierto que los nervios jamás se esfuman del todo (doy fe de ello). No obstante, ha resultado ser una experiencia muy grata que me ha permitido volver a recordar con mucho cariño mis años mozos de modelo, cuando me iniciaba allá por el año 2000 en este mundo tan apasionante y que tantas y tantas alegrías me ha traído.
El look, ya lo conocéis. Precisamente os lo mostraba el miércoles, con todo lujo de detalles, aquí, cuando os enseñaba cómo había ido vestida a la boda de unos amigos. No obstante, os dejo algunas imágenes del desfile, así como un pequeño vídeo, que recoge el momento en el que "me estrené" en la pasarela.
Agradecimientos: a mi amigas Rocío, propietaria de Nimú Uría (a quien veis en la foto) y Lourdes, directora de la Agencia de Modelos Rassim"s y organizadora de la OFW, por invitarme, a los fotógrafos JMurias y De la Rúa por captar las imágenes del momento y, muy especialmente, a cuantas estuvisteis aplaudiéndome tan enérgicamente desde primera fila.
A todos, GRACIAS.
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