Son cerros vecinos que enorgullecen la zona rural de Fredonia y Venecia en el suroeste antioqueño y comparten misterios como el de su origen y el uso que le daban nuestros antepasados.
Se dice, que el rostro de una mujer se divisa en uno de lados de Cerro ‘e Tusa y que además posee una roca gigante con rostro de mujer que en el atardecer brilla: La Diosa del Espejo, venerada en el pasado por los indígenas Zenufanáes.
También cuentan que Cerro Bravo era el sitio de encuentro de los caciques principales del gran imperio Zenú: Bolombolo, Popala y Sinifaná, quienes se encontraban allí para hacer rituales que los fortalecieran en su lucha contra los conquistadores.
Ambos cerros son destino ecoturístico, objetivo de extensas caminadas “revienta rodillas”, es decir de alta exigencia, ricos en senderos indígenas, caminos de arriería, hallazgos arqueológicos y antropológicos de gran valor y por supuesto una vista inigualable de la región.
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