— Nos vamos a comer y luego volvemos a intentarlo. Conozco un restaurante judío muy bueno por esta zona.
Al llegar al restaurante, había gente esperando en la puerta.
— ¿Me esperas aquí? — Le dijo.
Y tras unos minutos salió junto con un camarero que les acompañó a un salón que había en otro edificio, al otro lado de la calle.
— El subchef del del restaurante Chez Marianne es un amigo de la infancia y siempre me busca una mesa cuando vengo a París.
Ella le miró sorprendida pensando en que él conocía a mucha gente influyente, no solo en el pueblo, también en la capital.
— Nos va a preparar un menú degustación para dos, para que pruebes gran parte de los platos que él prepara, ya verás lo deliciosos que están.
Cuando terminaron de comer, volvieron a la dirección que le habían dado en el hotel. Mientras su jefe estaba llamando al portero, ella se giró y le pareció ver a Eric en un coche, y no iba solo.