Al cabo de unos minutos y sin dejar de mirar la caja, dijo:
- Pensará que me he vuelto loco por estar mirando esta caja vacía ¿verdad? Pero no. Aquí estaban las últimas fotos que nos hicimos. A Léa la dejamos con la madre de Chloé y, ella y yo nos fuimos de viaje. El mirarlas me hacía daño, porque ese fin de semana fue muy especial, por eso no entiendo qué ha pasado, no lo entiendo... - No podía seguir, luchaba para que las lágrimas no salieran.
- Si quiere me voy, aunque soy de las que piensa que el llorar libera, y lo puede hacer cualquier persona, independiente de su edad o sexo.
Cuando se dio cuenta, le estaba acariciando el brazo, algo que ella siempre hacía. Él la miró, y solo encontró comprensión y dulzura en su mirada, así que continuó.
- Como le he contado, perdón, como te he contado, Chloé lleva seis meses desaparecida, y ya no pueden continuar con la investigación. La única manera de que continúen buscándola es poner una denuncia contra ella por abandono, pero...