Según el dicho,
“mientras Coimbra estudia y Lisboa juega, Oporto trabaja y Braga reza”.
Este será nuestro destino de hoy.
Y vamos a recorrerla caminando, como tanto nos gusta.
Braga es la ciudad más grande del Minho, y la tercera de todo Portugal. Alberga unos 180.000 habitantes (desvancada por Oporto con unos 220.000 habitantes y Lisboa en primera posición con más de 500.000 habitantes).
Tiene una larga historia como capital religiosa; de hecho, la catedral más antigua de Portugal está aquí, en Braga, rivalizando con la de Santiago de Compostela.
Portugal es un país predominantemente católico, por lo que destacan en su geografía multitud de iglesias, monasterios y catedrales, sobre todo de estilo barroco. Braga es considerada como el principal centro religioso de Portugal. Pero seguro que todos estáis pensando,… ¿ Y entonces Fátima? Realmente es uno de los lugares de peregrinación más famosos del mundo, pero Braga fue llamada, desde el Imperio de Augusto, ciudad de los arzobispos y primera diócesis en el territorio portugués.
Braga también es conocida como la capital del Barroco, donde a su paso por sus calles descubriremos una gran marea de edificaciones religiosas con llamativas fachadas del siglo XVIII, en las que han trabajado principalmente grandes arquitectos portugueses como André Soares o Carlos Amarante.
Pero esta ciudad nos ofrece más cosas, y nos interesa mucho conocerla, ya que cuenta con un impresionante casco antiguo repleto de animados cafés y plazas con un ambiente entrañable; casas históricas del siglo XVIII, y bellos jardines. Además, Braga es una ciudad universitaria, por lo que tiene un ambiente muy juvenil y moderno, con vida nocturna.
Un poco de historia…
Antes de callejear y perdernos por sus plazas, recordemos su pasado histórico.
Ya en el siglo I a.C, el emperador romano César Augusto fundó tres ciudades en el noroeste de Hispania: Bracara Augusta (Braga), Lucus Augusti (Lugo) y Asturica Augusta (Astorga). Braga se convertiría en la capital de la provincia romana Gallaecia.
La caída del Imperio romano, hizo que Gallaecia fuera invadida por los suevos, que mantendrían la capital en la ciudad hasta que fueron derrotados por los visigodos en el año 585. San Martín de Braga, obispo de Braga bajo el dominio suevo, fue (junto con San Fructuoso, obispo del período visigodo) una referencia muy relevante en la historia de la Gallaecia, dada la importancia que tuvo en la organización diocesana y la ordenación territorial en las parroquias. De esta época sueva y visigoda, destacan importantes arquitecturas donde destacamos principalmente la Capilla de San Fructuoso de Montelios, del siglo VII y estilo hispanovisigodo.
Braga permanece bajo dominio visigodo hasta la invasión musulmana de Hispania en el 711. Pero en el año 868 fue reconquistada por Alfonso III de Asturias (El Magno). En el siglo X la capital del reino se traslada a León, por lo que Braga pierde importancia. Pero ya en el siglo XII, Afonso Henriques se proclama Rey de Portugal, independizándose de la Corona de León. Braga es la sede del episcopado portugués.
En el siglo XVI, el arzobispo de Braga, Diogo de Sousa, modificó profundamente la ciudad, con la construcción de nuevas calles, plazas y nuevos edificios, lo que causó también el crecimiento de la ciudad más allá del perímetro amurallado.
En el siglo XVII, cuando Portugal se independiza de la corona española, Braga se constituye como capital religiosa del nuevo Portugal. Con las enormes rentas provenientes de toda la zona norte del país (y el oro que llega desde Brasil), los arzobispos de la ciudad crearon una bella ciudad barroca.
Se introducen las maneras manieristas romanas, que llegan de artistas italianos traídos por el embajador de Portugal en Roma, Luis de Sousa. Las arquitecturas adquieren así la característica tridimensionalidad a través del claroscuro y el conocido Barroco de Placas gallego (Santiago de Compostela es otro ejemplo de este río de arquitecturas religiosas barrocas).
Su larga historia se puede percibir en sus numerosos monumentos e iglesias, la más destacada es la Catedral (a Sé), ya que muestra varios estilos arquitectónicos, que van desde el románico hasta el barroco.
Gastronomía
Una comida típica en Minho comienza siempre con un rico caldo verde. Y por supuesto no debéis dejar escapar la oportunidad de probar el bacalao a la Narcisa (también conocido como bacalao al estilo de Braga), pero al ser el Minho tierra de bacalao, este producto se consume en múltiples recetas.
El famoso vinho verde de la región, blanco o rojo, acompaña fabulosamente cualquier plato.
Si hablamos de dulces, Braga se luce con el flan Abade de Priscos, el tocino de cielo o los fidalguinhos. En todas estas delicias, los huevos son el ingrediente principal.
Pero Portugal en general tiene una larga tradición repostera, por lo tanto podemos disfrutar en cualquiera de sus pueblos de postres tan irresistibles como os bolos de arroz, los ovos mol o los conocidísimos pasteis de nata o de Belém.
Festividades importantes
Festas de São João (semana del 24 de junio): se realizan representaciones populares medievales, mercados, bailes, hogueras, fuegos artificiales y procesiones.
Semana Santa de Braga: la más importante de todo Portugal. Las fiestas comienzan con cantos gregorianos que se escuchan por todo el centro, ambientado con iluminación nocturna mediante velas en improvisados altares; el jueves santo tiene lugar la Processião di Senhor Ecce Homo, y es cuando los miembros de las cofradías desfilan por sus calles descalzos y encapuchados moviendo las matracas; durante el Viernes Santo se celebra una misa en la catedral, acompañada por una representación dramática impresionante, con cánticos fúnebres, muchos sacerdotes y feligreses que lloran; el sábado noche tiene lugar la misa de la Vigilia Pascual, que comienza con la catedral totalmente a oscuras y acaba con un estallido de luz y alegría; y para terminar, durante el domingo los habitantes de la ciudad tapizan sus casas con flores, y los curas y sacerdotes recorren las calles de la ciudad para bendecir las casas.
Comenzamos nuestro itinerario por el centro urbano:
Praça da República
Es el sitio más céntrico de la ciudad. De ella parten las principales calles peatonales y comerciales del casco histórico. Hacia el Este se prolonga por la Avenida Central, un paseo peatonal de donde partía la vía romana XVIII que conectaba la ciudad con Astorga (Asturica Augusta); y hacia el Oeste, discurre por la comercial Rúa do Souto, que se une en línea recta con o Largo do Paço y después con Dom Diogo de Sousa, culminando en el arco da Porta Nova, la última puerta construída de la muralla medieval.
Haciendo esquina con la Av. Da Liberdade se encuentra la Oficina de información turística., de un bonito estilo art-decó.
En la plaza destacan tres grandes fuentes ornamentales que por la noche los chorros de agua se iluminan de colores.
Frente a ellas, en los soportales del edificio de la Arcada, hay varios restaurantes y cafeterías con terrazas. Aquí os aconsejamos disfrutar de un tentempié en el Café Vianna, de estilo Art Nouveau.
Junto a estos soportales nos encontramos la Iglesia de Nossa Senhora de Lapa. Y justo detrás sobresale la Torre del Homenaje (lo que se conserva del antiguo castillo medieval), a la que se accede por la calle posterior.
También se encuentra aquí el bonito edificio del Banco de Portugal, y el centro comercial Braga Shopping.
En el margen derecho peatonal de la Av. Central se encuentra la Igreja Convento dos Congregados.
Empezó a construirse en el siglo XVIII, según diseño del arquitecto André Soares, aunque no fue terminada hasta el siglo XX por Manuel Fernandes da Silva. En su interior destaca su magnífico retablo barroco de Nuestra Señora de los Dolores (obra de André Soares en 1.760), y el altar de San Antonio, realizado por Marceliano de Araújo.
Junto a la Iglesia se encuentra el edificio de la Universidad del Miño, cuyo claustro pertenecía al Convento de los Congregados.
Bajo la plaza hay un aparcamiento subterráneo (recomendable dejar el coche aquí pues es muy difícil aparcar en la calle, y además es zona azul).
Bajamos caminando la Rúa de Sao Marcos hasta la Sé
Al final de esta calle, llegamos al Largo de Santa Cruz, y aquí encontramos dos iglesias de estilo barroco que nos llaman la atención:
Una de ellas es A Igreja de Santa Cruz. Dice la leyenda que quien encuentre en su fachada, dos gallos esculpidos, se casará muy pronto.
La otra de ellas es la Igreja e Hospital de Sao Marcos. (Las reliquias del cuerpo de San Marcos Apóstol se encuentran en la Iglesia). Obra de Carlos Amarante.
Nos desviamos por la calle de la derecha (Rua D. Afonso Henriques) para visitar la Capela dos Coimbras.
Y a pocos metros, pasando por el Largo de S. Joao do Souto, llegamos a uno de los principales destinos turísticos de la localidad:
Catedral de Braga.
A Sé, que es como se denomina en portugués, es la más antigua de Portugal. Comenzó a construirse en 1070 (s. XI), en el emplazamiento de una mezquita. Originalmente románica, pero los estilos gótico, renacentistas y barrocos aportaron nuevos elementos a su arquitectura. Esto le da un aspecto ecléctico.
La portada románica está cubierta por un pórtico gótico del siglo XV. Joao del Castillo, uno de los arquitectos del famoso Mosteiro dos Jerónimos de Lisboa, trabajó en este templo.
El claustro cobija el Museu de Arte Sacra. Entre los objetos expuestos, destaca una cruz que fue utilizada por Pedro Alvares Cabril en 1500 para celebrar la primera misa de la historia de Brasil.
En la Catedral también encontramos unas tumbas del siglo XVI, que guardan los restos de Enrique de Borgoña y Teresa de Castilla, los padres del primer rey de Portugal: Afonso Henriques. Estas tumbas las podemos ver en a Capela dos Reis.
No debemos dejar atrás la visita al Coro Alto, para poder apreciar de cerca los dorados órganos de estilo barroco y su sillería tallada.
Nos dirigimos al Largo do Paço hasta a Porta Nova
Desde la Catedral, subimos por la estrecha Rúa Nossa Sra. do Leite, que nos lleva directamente al Largo do Paço. Seguimos la bocacalle de la izquierda, pasando al lado de la Igreja da Misericordia. Construida en el siglo XVI, contiene un gran número de retablos barrocos y un gran cantidad de recubrimientos dorados. La fachada principal es de estilo renacentista florentino.
Nos dirigimos por Rúa Dom Diego de Sousa, a continuación del Largo do Paço, y al final de esta calle, vemos el arco da Porta Nova. Mandada construir por el arzobispo Diogo de Sousa en el siglo XVI, aunque su aspecto actual es fruto de la reforma llevada a cabo por André Soares en el XVIII. En realidad es donde deberíamos comenzar nuestra ruta, pues es considerada la puerta de entrada a Braga.
De Porta Nova a Praça do Município
Ahora retrocedemos hacia la Igreja da Misericordia. Aquí converge una calle, a Rúa da Misericordia, que nos llevará directamente a la Praça do Município:
Antiguamente fue una plaza de toros y también se situaba el mercado. Aquí encontramos la antigua residencia de los arzobispos de Braga: Paço Episcopal. Este palacio medieval se construyó en el siglo XIV, pero fue ampliado durante los siglos XVII y XVIII. Actualmente alberga las dependencias de la Universidad y la Biblioteca Municipal con una sala de ordenadores cubierta por un techo dorado con numerosos relieves y pinturas.
Justo enfrente está el Ayuntamiento (Cámara Municipal), edificio diseñado por el arquitecto portugués André Soares. Se trata de un edificio de dos plantas, con una fachada lineal de tres cuerpos, las ventanas y balcones están enmarcados en granito. El edificio está catalogado como Edificio de Interés Público.
En el centro de la plaza nos encontramos con la fuente del pelícano, y también unas enormes letras blancas con el nombre de la ciudad.
Bordeando la Biblioteca y el Antiguo Paço Episcopal, llegamos a los Jardines de Santa Bárbara. Los jardines datan del siglo XVII, y cuentan con con estrechos caminos rodeados de flores y setos con formas llamativas. En el centro hay una fuente donde se alza la estatua de Santa Bárbara, que le da nombre a este jardín.
Detrás de esta plaza, tenemos la Praça Conde de Agrolongo, donde se encuentra la Iglesia do Pópulo, dentro del Convento do Pòpulo. En esta iglesia se venera la imagen de la virgen de la Iglesia de Santa María del Popolo en Roma. La construcción de este conjunto comenzó en el siglo XVI y acabó en el XIX. Gran parte de su edificio (incluida la parte frontal), es obra de Carlos Amarante. Lo más impresionante del Convento es un importante revestimiento de azulejos del siglo XVIII, con motivos naturalistas y religiosos.
Finalizamos nuestra ruta por las calles más comerciales:
Rúa do Souto parte de la Praça da República, hacia el oeste. Es una calle comercial peatonal donde nos encontramos un famoso café, A Brasileira, de bonito diseño y fábrica antigua, revestido de azulejos azules.
Otra de las principales calles comerciales y peatonales del centro histórico de Braga es la Rúa dos Capelistas, que discurre de forma paralela a la rúa do Souto. Va de la Praça da República a la Praça Conde de Agrolongo.
Por último, destacamos la Avenida da Liberdade, que conecta con la Praça da República. Es una avenida muy ancha con cuatro carriles de circulación, pero el tramo más cercano a la plaza es peatonal, y aquí se despliegan numerosas tiendas y locales comerciales de las principales franquicias de ropa (C&A, Zara, Pepe Jeans…).
También encontramos el Teatro Circo (construido en el año 1.911; es uno de los teatros más grandes y bonitos de Portugal, con una capacidad para 1.500 espectadores).
Al final de la avenida, nos desviamos a la derecha, por Rúa do Raio, para visitar:
Casa do Raio: Su fachada está cubierta de los maravillosos azulejos portugueses. Está considerado uno de los más bellos palacios de arquitectura rococó de Europa, que es conocido también por el nombre de “Casa do Mexicano”. Fue construido en el siglo XVIII construido para un acaudalado mercader de la seda, por el arquitecto André Soares, aunque remodelado en el XIX (al añadirse los azulejos de la fachada).
Fonte do Idolo, un santuario rupestre construido en el siglo I durante la dominación romana, que está declarado Monumento Nacional.
Desviándonos un poco del recorrido…
Podemos desviarnos del itinerario, caminando hacia el sur, donde están los bomberos. Allí cerquita se sitúa el Museo de Arqueología D. Diogo de Sousa (donde se exhiben piezas que van desde el Paleolítico (puntas de flecha, cerámicas y objetos funerarios) hasta el periodo del reino suevo visigodo (siglos del V al VII), pasando por el románico) y también las Termas Romanas do Alto Cidade:
Se trata de un gran complejo de baños compuesta por unas valiosas ruinas, que cuentan con un teatro anexo que data del siglo II d.C.
Estas termas fueron descubiertas durante una excavaciones llevadas a cabo en Cividade, durante 1977. Estos baños públicos eran grandes construcciones utilizadas por los habitantes de la ciudad y sus visitantes.
Según las normas que seguían los romanos, el bañista debía comenzar untándose el cuerpo con aceites, y practicar diversos ejercicios de gimnasia. Posteriormente debía entrar en una especie de sauna, y después, tras lavarse en otra sala, podría disfrutar sumergiéndose en una piscina con agua muy fría, para terminar con un masaje con aceites aromáticos.
Braga y el extrarradio
Nos cogemos el coche, después de mover tanto las piernas, y nos desplazamos a un santuario que vale la pena conocer:
Santuario do Bom Jesus
Los fines de semana, los peregrinos acuden a Bom Jesus do Monte, un santuario que se encuentra sobre una colina, a unos 5 kilómetros del centro de Braga. Aunque principalmente es un lugar de oración, también es un sitio popular para los excursionistas, ya que está rodeado de jardines y bosques junto a un lago.
El santuario se comenzó a construir en 1722, en el lugar donde ya existía una capilla. Fue consagrado en 1834. Tenía forma ovoidal. Pero a finales del siglo XVIII – principios del XIX, se diseña un nuevo santuario proyectado por Carlos Amarante (importante arquitecto portugués, el cual se encargó de la reconstrucción de los muros de la Fortaleza de Valença).
Su fachada neoclásica es de inspiración italiana, donde contrastan sus muros blancos con el granito, y flanqueada por dos altas torres. Destaca la escalinata barroca en zig zag, construida en 1781, de más de 1000 peldaños, donde los peregrinos más sacrificados suben la escalera de rodillas. Simboliza la escalera que lleva al cielo.
Tiene tres tramos donde se diferencian los siguientes grupos escultóricos:
En el primer tramo nos encontramos a las Tres Virtudes: Fe, Esperanza y Caridad.
En el segundo, a Los Cinco Sentidos, con fuentes en las que el agua sale por los ojos, oídos, nariz, boca y pecho de sus estatuas.
El último tramo está dedicado al Vía Crucis. Cada estación del Vía Crucis tiene una pequeña capilla.
Detrás de la iglesia hay tres capillas octogonales diseñadas por André Soares.
Otra manera de llegar al Santuario es por medio del funicular (sale cada 30 minutos), pero lo mejor es subir andando para apreciar la arquitectura y, a la vez, hacer ejercicio.
Este elevador se creó el 25 de marzo de 1882 y fue el primero que se instaló en la península ibérica y el más antiguo en el mundo en utilizar el balance de agua del sistema. Tiene una pendiente del 42% y se alcanza el punto más alto en 4-5 minutos.
Basílica de Nossa Senhora do Sameiro
Se encuentra a 2 km del Bom Jesús. Es una iglesia neoclásica, famosa porque es uno de los lugares de culto mariano por excelencia de Portugal, después de Fátima. Se venera a la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
En 1890, se iniciaron las obras de la actual basílica de Sameiro, en 1936 se le añadiría una cúpula y ya en 1979 se le añadieron unas criptas donde descansan los restos del Padre Martinho, impulsor del santuario.
El lugar tuvo varias visitas del Papa Juan Pablo II, por lo que es algo normal encontrarte con una estatua de este Papa. En Coímbra hay una, en la catedral de Viana otra, y en el Santuario de Sameiro también, debido a que este Papa tenía una gran devoción por Fátima.
Pero sin duda, lo que más destaca son sus fantásticas vistas, ya que se encuentra a 566 m de altitud.
Esperamos que esta ruta le saquéis provecho y nos contéis vuestra experiencia.
¡Hasta pronto, fourmigas!