Por fin, el maldito sol ya se ha ido, aquél que llena paisajes de colores para convertirlos en cementerios de recuerdos. Luna nueva alumbra la ciudad y me regala un paisaje perfecto de la noche desde el alfeizar de mi ventana. Tomo una copa de rojo liquido que disuelve entre mis labios, recorre mi garganta y noto llegar hasta mi estomago, una vez ahí, explotan sensaciones que sumadas a la luz de la luna, en mis ojos hace ver sombras danzantes por los tejados de las casas.
Una eternidad de soledad se fueron de un plumazo, mis ansias de libertad conseguí saciar…miro hacia abajo y veo mis manos tintadas de tu sangre. Nada más celestial que tu último aliento llegando a mis oídos, hablando palabras de rencor hacia mí que aun más me hacían disfrutar de tu espectáculo.
Sientes la frialdad con la que penetra mi afilado cuchillo, tus ojos desprenden lagrimas mirándome fijamente suplicando clemencia, ¿seria justo tal perdón?...quizás si tu ira no hubiese sido despertada ante inocentes borregos que solo seguían tus pasos, quizás si tu avaricia no hubiera sido copiada por tantos, quizás si tu codicia nunca se hubiera mostrado …desbocaste el caballo de la envidia que galopaba por los campos inertes, marchitados por la gula de aquellos que dejaste hambrientos, regalaste tronos a aquellos que la soberbia les cegaba y conducían por caminos de lujuria que alcanzaban la locura y llegaban a limites impensables, pecaste de pereza cuando debiste arreglar cruel desorden …no mereces tal clemencia. Hasta tu ultimo suspiro, gozare bebiendo tu sangre, oiré tus suplicas por aquellos a los que les distes falsas promesas, disfrutare tu llanto desde mi ventana mientras la agonía acabe todas tus fuerzas. La luz cada vez más tenue, solo deja que me oigas reír, y sientes como te observo, cumple tu promesa de gran divinidad, supera cruel castigo porque andaste por el camino recto, levántate, sánate de tus heridas…Falsa leyenda que pasas testigo por la eternidad, vacías los cráneos de cuan pensamiento contrario a ti sostenga, maldito inquisidor que apagaste vidas sin juicio alguno, mas que el de tu palabra. Nombraste enemigo a todo aquello que te negara, le diste cuerpo y le diste nombre, dictaste leyes de perdón en tu nombre sin mas jueces que tus fieles, rompiste muñecos de barro a tu antojo por el simple hecho de descubrir tu ridículo disfraz…Siento asco porque alguna vez mire hacia un lado y me cruce con alguna imagen tuya, siento asco pisar la misma tierra que tu pisaste, por eso, en honor a las almas perdidas, gozo la libertad con tu muerte y bebo tu sangre por la que derramaste…