Ankara llama a la solidaridad con la OTAN
Ante la precaria situación del ejército turco en Idlib, donde se han desplegado cerca de 10.000 soldados turcos sin cobertura aérea desde que Rusia tiene el control total del espacio aéreo sirio, Erdogan ha tratado de obtener la solidaridad de la alianza transatlántica invocando el artículo 4 de la OTAN. Este artículo estipula que cualquier aliado puede solicitar consultas siempre que, en opinión de cualquiera de ellos, su integridad territorial, su independencia política o su seguridad se vean amenazadas.
Sin embargo, las relaciones entre Turquía y sus aliados de la OTAN han sido tensas desde que Erdogan optó por una política exterior más asertiva y pragmática. Esto fue notable cuando el presidente turco tomó la decisión de firmar un contrato de 2.500 millones de dólares con Rusia en diciembre de 2017 para el suministro de los sistemas de misiles rusos S-400, que son incompatibles con el sistema de defensa de la OTAN. Las tres incursiones de Turquía en territorios controlados por las fuerzas kurdas en Siria y su cuestionamiento de las fronteras marítimas en el Mediterráneo oriental han puesto de relieve la determinación de Erdogan de poner en peligro los intereses estratégicos de sus aliados occidentales. Dado que Turquía se ha convertido en un socio problemático para la Alianza, es poco probable que sus aliados consideren la posibilidad de prestar algún tipo de apoyo militar de acuerdo con la gravedad de la situación.
Los grupos extremistas pro-turcos plantean un problema para el apoyo occidental
La presencia de organizaciones yihadistas que apoyan a las fuerzas turcas contra el régimen sirio es un verdadero obstáculo para el apoyo de los países occidentales a Turquía. De hecho, la provincia de Idlib es el último bastión yihadista en Siria.La principal fuerza es Hayat Tahrir al-Sham (HTC), anteriormente conocido como el Frente al-Nusra, la antigua rama siria de al-Qaeda en Siria, que está integrada por yihadistas sirios y extranjeros. El rival del HTC es el actual brazo armado de al-Qaeda en Siria, Tanzim Hurras ad-Din (Organización de Guardianes de la Religión), que está compuesto por sirios y ex yihadistas de las guerras en el Afganistán y el Iraq. Cabe señalar que también hay un grupo de pequeños grupos compuestos principalmente por combatientes europeos, en particular el grupo de Omar Omsen, que incluye varias docenas de yihadistas franceses.
La ausencia de una política clara con respecto a la repatriación de los combatientes extranjeros para ser juzgados por sus atrocidades en los países occidentales parece significar, en el contexto de la ofensiva del régimen de Damasco en la provincia de Idlib, que los aliados de Turquía en la OTAN no se opondrían a que estos combatientes extranjeros fueran asesinados en el frente. Esto no debería ser una sorpresa dado que más de 5.000 ciudadanos europeos se han trasladado a la zona de conflicto. En el caso de Francia, 350 yihadistas franceses están en el enclave de Idlib. Aunque se desconoce el número estimado de yihadistas británicos en la provincia de Idlib, se estima que unos 360 de ellos siguen en Siria.
Sin embargo, si los combates entre las fuerzas turcas y sirias persisten y se intensifican, es posible que puedan dar lugar a una nueva catástrofe humanitaria. Insatisfecho por la falta de apoyo, en particular de los países europeos, Erdogan tomó el 28 de febrero la decisión de abrir las fronteras de Turquía con la Unión Europea.
Aunque Gran Bretaña ha abandonado la UE, debe unirse a sus aliados europeos para condenar las acciones del Presidente turco. De hecho, si Gran Bretaña quiere ser un importante actor geopolítico independiente, no debe seguir siendo rehén de las amenazas y acciones del Presidente turco. Es importante que el gobierno británico mantenga esta posición porque una nueva crisis migratoria de la Unión Europea también podría afectar a Gran Bretaña.
Perspectiva
En la actualidad, Turquía se encuentra claramente en una posición débil en el noroeste de Siria. Esta semana las fuerzas del régimen de Assad lograron recuperar la estratégica ciudad de Saraqeb de las fuerzas rebeldes y turcas. Saraqeb es de importancia estratégica porque está situada en el cruce de dos carreteras clave: la M5, que conecta la capital Damasco con Alepo, y la M4, que conecta Alepo con la provincia costera de Latakia, que es un importante bastión del régimen de Assad.
La estrategia de equilibrio geopolítico de Erdogan con Occidente y Rusia claramente no ha funcionado. Ankara se ha visto claramente afectada por el avance del régimen de Assad, apoyado por Rusia, en la provincia de Idlib. El presidente turco tiene ahora la difícil tarea de convencer al presidente ruso, Vladimir Putin, este jueves en Moscú para que comprometa al Kremlin a una tregua duradera en la provincia de Idlib.
Los puntos de vista y opiniones expresados en este artículo son los del autor.