Aspectos destacados de la música en las religiones


Algunos escritos occidentales sobre religión y música, particularmente las obras de eruditos y misioneros, contienen nombres incorrectos que transmiten concepciones técnicas erradas o ideas falsas.

El más común es el término “primitivo”, el cual hace referencia a lo “antiguo” y “simple”; de hecho, las cronologías históricas y evolutivas de los tipos de música son muy especulativas y controversiales, y el término ha sido usado de manera indiscriminada basándose únicamente en motivos raciales, cuando en realidad éstas músicas pueden llegar a ser comparables en complejidad y sofisticación a la música de cualquier otra civilización conocida. Palabras como “ruido”, “estruendo” y “cacofonía” suelen indicar falta de comprensión o simpatía.

Los instrumentos tampoco suelen ser nombrados de manera correcta; por ejemplo, el término octavín, el nombre de una flauta, suele ser aplicado a trompetas y oboes; el término tamborín, un tambor de marco, suele ser utilizado para todo tipo de tambor, y los términos guitarra y arpa son aplicados a casi cualquier cordófono.  Pero un término con usos más ambiguos es “canto”, el cual debería hacer referencia al ritmo, rangos de tonos y un estilo melódico relativamente simple. Pero el término es muy utilizado como un sinónimo de “vocalizaciones religiosas” o “canciones religiosas”, incluso en aquellos casos donde se trata de música compleja a nivel melódico y rítmico. Por lo mismo, podría crear la idea errónea de que la música es de una calidad estética inferior por el simple hecho de ser de carácter religioso.

Orígenes y mitos de la música en las religiones


La estrecha relación entre la música y la religión podría implicar un origen común, tal y como afirman algunos mitos y leyendas. Desde el siglo XVIII hasta principios del siglo XX, los académicos enfocados en la evolución debatieron las teorías de los orígenes musicales en los sonidos de pájaros y animales, en los sollozos de tristeza durante los funerales, en las entonaciones de los lenguajes, en las recitaciones estilizadas de textos religiosos y en las concepciones animistas motivadas por las “voces” escuchadas en objetos naturales como conchas o tubos de bambú. Tales teorías demuestran que no son menos especulativas y resistentes a la investigación objetiva que los mitos tradicionales que se supone debían reemplazar, por lo que progresivamente se fue perdiendo el interés científico en el tema, y ahora es casi ignorado por completo en la investigación musical. Pero, como si hubieran perdido la motivación por no haber logrado construir su propio mito acerca de los orígenes musicales, los investigadores tampoco se esforzaron mucho en explorar la interrogante del origen en su contexto tradicional de mitología religiosa; e incluso en la actualidad aún nos encontramos en la “sorprendente” posición de alcanzar un hallazgo, tal y como dice Alan P. Merriam (1964, p. 74): “Pareciera que casi no hay relatos disponibles acerca de las creencias sobre el origen último de la música”.

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Etiquetas: musicareligion

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