Suena el despertador, ese horrible sonido asesino que taladraba mi cabeza... pero si solo había dormido 3 horas!!! imposible, no podía levantarme. Necesitaba un hospital urgentemente... vale, son simplemente síntomas de resaca así que no hay excusa. Me dirigí al aseo como un zombie a refrescarme y me desperté un poco. Maldije los cubatas que nos tomamos la noche anterior...
Hoy era el día para mi más esperado del viaje porque íbamos a sitios nuevos: Gibraltar y Ronda. Bajamos a desayunar aunque tenía el estómago centrifugado y estaba con la peor de mis resacas vividas! pero hice como si nada: desayuné mi tazón de leche, beicon con huevo revuelto y fuimos corriendo al bus porque se nos hacía tarde. Aproveché para dormir las 2 horas de camino hasta que empezamos a ver el peñón ¡tachááán! Y LA RESACA DESAPARECIÓ DE REPENTE!!
Peñón de Gibraltar desde el autobús
Qué emoSión! hacía un día buenísimo y pedía a gritos que la resaca me desapareciera; el famoso y polémico peñón lo teníamos allí! en nada estaríamos en el atasco para cruzar la frontera (que no duró ni 5 minutos) y entraremos en territorio británico. Pasamos los controles de documentación español e inglés, pero si os digo que echaron un vistazo general a todos los DNIs y no se fijaron en ninguno concreto... y cruzamos de pleno por la pista de aterrizaje del aeropuerto.
Nos dejaron en la base del telecabina y allí nos dividimos: unos se fueron de compras y nosotros nos fuimos al peñón a ver los macacos y también compras (no decimos que no a nada y eso nos pasó factura!). Era curioso la cantidad de señales que advertían en todos los idiomas que no perdiésemos de vista nuestras pertenencias como bolsos o gorras porque los monos roban.
Por un módico precio de 19 € por persona, el telecabina nos elevó en menos de 5 minutos hasta disfrutar de unas vistas espectaculares a la bahía de Algeciras y en cuestión de segundos empezaron a caer monos a la base y las escaleras del telecabina. Yo pensaba que sería difícil dar con alguno de ellos pero todo lo contrario, si te descuidas te rodean, te sacan una navaja y te piden el móvil... . Eso sí, está prohibido darles de comer y yo recomiendo que paséis de ellos. Una chica dejó que se le subiera uno a la cabeza y empezó a estirarle del pelo, al rato llegó otro mono a lo mismo, y cuando la chica se los quitó de encima aparecieron 3 monos más con intención de atacarle. La moraleja de esto es que no te metas con ellos y tal vez no se metan contigo.
Bahía de Algeciras desde el telecabina
Peñón de Gibraltar
Foto grupal
La historia de cómo conseguimos esa bandera se remonta a unas horas antes, cuando volvíamos de la discoteca de Torremolinos, pero no puedo contar nada más. Perdonadme pero no fue legal!
A parte del mirador y sus vistas, que son chulísimas, hay poco más que hacer aunque tampoco tuvimos tiempo de investigar mucho, porque una ruta por el peñón hubiera estado muy bien. Nos bajamos de nuevo para no perder tiempo (los 19 € peor gastados de mi vida) y nos fuimos a pasear por la calle de las compras con un nombre muy original: Main Street (nótese la ironía). Y de repente bullicio, tiendas y más tiendas libres de impuestos y montones de turistas que paseaban y compraban como nosotras.
Main Street
Mis compis y yo no podíamos irnos sin una foto en una cabina de teléfono o en un buzón de correo rojo. Además entramos en varias tiendas en busca de souvenirs ingleses y alcohol barato (yo compré unos llaveros y ginebra Pink 47!). Tanta dispersión entre tiendas nos costó perder al grupo y después perdernos nosotras hasta aparecer en la plaza principal Casemates Square y no teníamos ni idea de dónde ir. No tuvimos tiempo ni de disfrutar el buen ambiente de la plaza, ni ver los edificios, nada. Estábamos perdidas y llegábamos tarde. Por no tener, no teníamos ni datos ni cobertura para llamar,
Casemates Square
Y por fin dimos con el bus. Qué vergüenza... allí estaban todos esperándonos... 20 minutos que nos retrasamos y amenazados estábamos todos con los retrasos. Quien llegase tarde se quedaba en tierra. Menos mal que el resto de la gente llego escasos minutos antes que nosotras. En general todos llegamos tarde y la culpa fue de la mala planificación de esa excursión. Nos dirigíamos a un restaurante a comer y lo único que nos dijeron era que comeríamos como reyes, pero no sabíamos dónde nos llevaban. Entonces llegamos a un hotel 4* situado en medio del campo (ojo, un campo como podrías imaginar en Galicia, verde y lleno de vacas!) nos hicieron una visita para enseñarnos el hotel: habitaciones, jardín, suite y terminamos en el comedor. Allí había una presentación de comida que parecía sacada del paraíso y que a todos nos asombró, pero nuestra gran sorpresa fue que aquel comedor con esa comida estaba cerrado solo para nosotros ¿¡todo eso para nosotros!? no imaginas mi cara de niña pequeña en el país de la gominola. No sabía por dónde empezar... hice una foto a los postres pero no a los platos principales igual de bien presentados ¡tanta comida me volvía loca!
¡Que aproveche!
A toda prisa, mis compañeros y yo nos reservamos una de las mesas redondas colgando nuestras mochilas y chaquetas y como si no hubiese mañana acudimos a la mesa de la comida a servirnos nuestros platos. Nunca había probado una ensalada de pasta tan rica como aquella, también comí fajitas mejicanas, ensaladilla de marisco, unas patatas asadas... y no pude más, te recuerdo que estaba de resaca!. Con los postres también me volví loca, aunque no tuve ni estómago ni tiempo para degustar todo aquello. Sin perder tiempo otra vez al bus y de camino a Ronda.
- ¿No hay tiempo para un café? falta me hace!
Eran otras 2 horas de autobús y esta vez olvídate de autovía: carretera de montaña con curvas y barrancos pero eso sí, las vistas eran espectaculares y curiosamente el paisaje era muy, muy verde. Me recordaba mucho a Galicia, que ya estuve hace algún año.
Ronda
Seguro que conoces esa postal de Ronda y su famoso puente, pero nunca habrías imaginado lo verdaderamente bonito que es el pueblo. El autobús nos dejó en la Alameda del Tajo, con un pequeño paseo al borde del barranco hasta el puente. De nuevo el inevitable efecto "wao", pero ¿has visto que paisajes? yo estaba alucinada de lo increíblemente bonito que me parecía todo. No dejaba de pensar si Mario estuviese aquí, esto le encantaría. Decidido: tenemos que venir unos días. Qué tranquilidad de lugar y qué paz... es como si el tiempo pasase muy lento. Para mi este pueblo fue otra de las sorpresas; imaginaba que me gustaría ¡pero es que estoy deseando volver!
Nos dimos un paseo por sus calles y estaba claro que ya habíamos renunciado al café porque no merecía perder el tiempo, aunque ningún lugar mejor que este pueblo para disfrutar de un buen café. Apetezca café o no, se hizo la hora de volver al hotel porque había que descansar y arreglarse. Resulta que para cenar teníamos un restaurante reservado en pleno centro de Málaga, por fin nos libramos de la horrible cena del hotel! pero esto viene después.
Tras 2 horas y media de bus volvimos a Torremolinos, descansamos, ducha, Moni y yo nos arreglamos en la medida de lo posible porque ¡sorpresa! nadie nos dijo que había cena de gala. Nos reunimos en el hall y el bus salió hacia Málaga; esto empezaba a ser de película!
Solo eran 15 minutos de bus, muy poco tiempo acostumbrados a trayectos de 2 horas. Nos dejaron en pleno centro malagueño muy cerca de calle Larios, nos llevaron a un restaurante y ¡qué restaurante! ¿podía ser más elegante, más bonito? qué categoría por favor.... es uno de esos lugares por los que paso por la puerta y pienso "me gustaría al menos una vez cenar aquí" y allí que estábamos, mi cara era un poema. Mis compañeras y yo nos sentamos en una de las mesas y los camareros nos tomaron nota. No te rías de mi pero flipé viendo que los camareros nos reponían la copa de vino cada vez que la terminábamos!
Lo primero que tomamos fue una tabla de embutidos súper ricos y de plato principal solomillo de buey con crema de verdura. Oooh que cosa más rica, todavía lo sigo saboreando... ¿y el postre? nadie sabe qué fue realmente pero fue el protagonista: una especie de crema de queso con chocolate blanco y almendra. Daba pena terminarlo, estaba delicioso!
Vinoteca Patio de Beatas - Málaga
De ahí nos llevaron a una discoteca donde teníamos entrada y una primera ronda gratis y entonces empezó la fiesta, esta vez en serio. Íbamos todos, nadie se libró de la fiesta esta vez y menos de los cubatas que iban incluidos. Mi compi Moni se apoderó de la cabina del Dj y pinchó la música a nuestro gusto y finalmente decidimos cambiar de local.
A media noche nos fuimos a otra sala y esta vez mejoró la categoría. Tras una larga charla con el portero conseguimos ahorrarnos 7 € de entrada (7 € un miércoles?) y es que la sala estaba a reventar. A partir de aquí la noche empezó a desfasar, las rondas gratis de chupitos no paraban y para colmo alguien me preguntó quiénes éramos para invitarnos a una copa a todos! (que raro... pensé que nos querían drogar para robarnos jajajaj) practicamos inglés, bebimos gratis, lo dimos todo y finalmente cerramos la sala. A las 6 de la madrugada fuimos todos a por una porción de pizza y después nos fuimos en taxi a nuestro hotel (Málaga - Torremolinos: 20-21 €)
Por las noches nunca me llevaba la cámara, por eso las fotos están de aquella manera (móvil) excepto esta última que es del Facebook de la discoteca.
Así terminamos la noche, pero no el viaje. ¡Aun queda un día! y como premio nos podremos levantar a las 9 de la mañana en vez de a las 7 como el resto de días... pero si llegamos al hotel a las 6 seguimos durmiendo 3 horas. Pero la excursión del día siguiente era opcional. Si conseguimos levantarnos podíamos ir a pasearnos a Mijas y si no pues a dormir en el hotel. ¿Seríamos capaces de irnos a Mijas al día siguiente? chan chan! las horas de sueño se iban acumulando...
next post coming soon!
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