Actualmente, la crisis económica sufrida y las grandes cifras de paro juvenil nos han venido a demostrar que estamos ante un sistema económico y productivo en ocasiones demasiado imperfecto. Frente a un mercado laboral precario, sobre todo para los jóvenes, consistente en el incremento de trabajos temporales con salarios bajos, surge hoy la imperiosa necesidad de promover el espíritu emprendedor entre las nuevas generaciones.
España es un país que destaca por la abundancia de pequeñas empresas, más del 95% de las empresas en nuestro país no tienen más de 10 empleados, de ahí que la figura del emprendedor deba ser fomentada y cuidada, ya que la creación y próspera marcha de pequeñas empresas y sociedades supone una parte muy importante del crecimiento económico de España. Las empresas constituyen el motor de la innovación y la competitividad, además de ser una gratificante realización personal y profesional para aquellos que ponen esfuerzo, ilusión y dinero en la puesta en marcha de sus propios proyectos.
Por tanto, nos encontramos en un panorama en el que la figura del profesional independiente cobra una gran relevancia. Este ha de reunir una serie de rasgos que lo caracterizan, desde cualidades personales, hasta comportamientos sociales y habilidades para dirigir y organizar diversas tareas y equipos. A continuación, mencionamos algunas de las principales características que debe reunir un emprendedor:
1. Autoconocimiento
Se hace imprescindible una labor de introspección previa individual que te haga consciente de tus debilidades y fortalezas, de los diferentes recursos con los que dispones y del valor de las experiencias que posees que puedan resultar de utilidad en un futuro proyecto. Aquí sería de gran ayuda analizarse con un esquema DAFO (debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades).
2. Planificación
Toda puesta en marcha de un proyecto requiere capacidad para fijar metas, prioridades, objetivos a alcanzar en la realización de diversas tareas, qué cuestiones vamos a desarrollar más y por qué, en qué tiempo y con cuántos medios contamos para todo ello. Y en esta planificación no solamente debemos contemplar lo que realizamos sino lo que otros también realizan, observar a la competencia es clave para desarrollar nuestras estrategias, además de tener en todo momento presente las características del entorno que nos rodea, y que nos afectará directa o indirectamente.
3. Proactividad
Ser capaz de reunir la energía y motivación necesarias para comenzar un proyecto por tu cuenta, identificar la intensidad de tus iniciativas y ponerlas en marcha, perseverando en los objetivos que te hayas marcado previamente. Tenemos que ser conscientes de que toda actividad emprendedora supondrá una importante inversión de tiempo y esfuerzo que estamos dispuestos a asumir con entusiasmo.
4. Creatividad
Intentar aportar cosas diferentes a las establecidas, fomentar un cambio de óptica generando ideas y soluciones originales con convicción. No debemos tener miedo al cambio y conformarnos con lo que ya está dando resultados, pues probablemente todo el mundo tomará esa decisión y esos beneficios desaparecerán.
5. Comunicación
Esta cualidad es sumamente importante si se quiere emprender. Con comunicación no hago referencia exclusivamente al hecho de hablar y expresarse con corrección, sino a la capacidad para llegar a los demás, para transmitirles exactamente aquello que pretendemos, saber definir nuestro mensaje y la forma y canales adecuados que utilizaremos para llegar a nuestro público. Esto, además de difundir nuestros contenidos nos ayudará a establecer redes de contactos que nos generarán, hoy más que nunca con las nuevas tecnologías, un continuo “feedback” que deberemos tener en cuenta en nuestra estrategia de marketing. Nos encontramos en un entorno empresarial en el que tiene mayor importancia para un consumidor la opinión de otro, en base a la cual tomará decisiones de adquisición de nuestro bien o servicio, que la que nosotros podamos aportarle. A nuestros usuarios, seguidores, clientes y en caso de gran satisfacción con nuestra marca, embajadores, hay que escucharles en todo momento, hacerles partícipes de nuestro proyecto, fomentar que nos comuniquen sus puntos de vista, que compartan nuestro contenido en sus círculos de influencia, siendo aquí las redes sociales de suma importancia para la visibilidad de nuestra pequeña empresa.
6. Capacidad para asumir riesgos y adaptarse a los cambios
Toda actividad emprendedora debe suponer la asunción de dificultades que puedan presentarse a lo largo de la vida del proyecto. En primer lugar, si se ha llevado a cabo una adecuada planificación es probable que se puedan identificar muchos riesgos a tiempo y solventarlos sin problema. Sin embargo, hay situaciones en las que no todo es tan predecible y por lo tanto será necesario disponer de una actitud equilibrada y resolutiva, así como de una versatilidad y capacidad de reacción que nos haga en un corto espacio de tiempo modificar nuestras actividades, ajustando la estrategia empresarial.
7. Liderazgo
Todas estas cualidades previas desembocan en la capacidad para tomar decisiones. Todo emprendedor tendrá que ser capaz de dirigir la actividad de aquellos con los que trabaja, y aunque en última estancia sea él quien tome las decisiones, es imprescindible crear un espíritu de equipo que haga que todos los integrantes remen en la misma dirección, apoyándose en las diversas coyunturas por las que atraviese el proyecto, así como en las distintas tareas que se lleven a cabo dentro del mismo.
Sobre el Autor
Gloria Belén Millán Domínguez. Licenciada en Economía y en posesión del Máster de Educación que me acredita como profesora de Secundaria y Formación Profesional. Actualmente me especializo en Marketing digital, creando y seleccionando contenidos de valor, además de dedicarme a la comunicación en redes sociales.
Visita su sitio en internet https://gloriabmillan.wordpress.com