Todo empezó a ser mucho peor cuando cumplí los 14 años. Me uní con malas compañías, y mi temor por no ser aceptado y sufrir las burlas de mis compañeros me pesaban e importaban bastante.
“No busquéis una explicación para el bullying, pues no la hay. Una persona puede ser popular, y terminar sufriendo bullying, no es lo más común, pero puede pasar.”
Me uní con chicos, siempre, más mayores que yo. Así que, por lo general, siempre estuve un poco más adelantado a mi edad.
Yo siempre fui, bastante solitario, muchísimo, a decir verdad…
Yo creo que lo que marcó el cambio fue el bullying que le estaban haciendo en su colegio, a mi mejor amiga, por aquel momento. Con mi mejor amiga, ahora no tengo ningún tipo de contacto. Pero recuerdo, que cuando me contó todo lo que le hacían, cómo la insultaban, etc, Para mi, fue como, “Yo no quiero sufrir ni pasar por eso” y eso se convirtió en mi única prioridad.
No sé cuando, ni cómo empecé a hacer aquello. Lo único que si recuerdo es que se convirtió en una droga.
En mi colegio no había problemas de discriminación física o racial. De hecho, el que era cabecilla de grupo era latino y su “mano derecha” era regordito. Este grupo se dedicaba, básicamente, a dar de ostias, pero nunca vi que recibieran ninguna. Entonces en mi cabeza inmadura, los consideré “Heroes” o mejor dicho, “Ejemplos a seguir” y en qué ejemplares fui a fijarme…
Realmente, me costó mucho darme cuenta de lo que estaba haciendo…
“Yo era un borrego; seguía lo que hacía el grupo porque quería formar parte de él, tenía miedo a ser excluido”
Nunca utilizábamos el patio donde se hacían los “recreos” porque estaba vigilado por profesores, y rápidamente se pueden dar cuenta si hay alumnos con comportamientos extraños fuera de las aulas. Son profesionales. En nuestro caso, eran las duchas y los vestuarios de los chicos.
Tengo grabada la cara grabada del chaval en mi cabeza.
Hubo un episodio, donde estábamos los cinco o seis del grupo en los vestuario, en las duchas. El chaval llegó, y sin saber que nosotros estábamos allí, se metió en la ducha, se empezó a limpiar. Pues empezamos, a darle collejas, robarle de su Gel de baño “Me acuerdo, que el chico cada vez que tenía clase de deporte, tenía que comprar un bote nuevo de Gel-Shampóo, porque se lo acabábamos entero, se lo tirábamos por el bajante, lo utilizamos, nosotros, etc”.
Hubo una vez que, incluso, tuvo un ataque de ansiedad…
Fuimos muy crueles. El pobre entraba atemorizado a los vestuarios, a la clase, iba super tapado, para que no le reconocieran, realmente, “Se le notaba, cansado, con ojeras de no dormir, con cara de estoy sufriendo, no sigáis. Lo pasaba muy mal”. Pero, en el bullying, cuanto peor lo pases, más adrenalina se siente. Y esa adrenalina, terminó por convertirse en mi droga.
“Así funciona el maltrato escolar. Íbamos siempre cinco o seis, nunca solos.”
Yo llevaba poco más de un curso en el colegio. Realmente, era de los nuevos. No conocía a nadie, no tenía amigos cerca, y me junté con lo peorcito que pude encontrar en mi camino los ‘malotes’, los ‘intocables’. Para un agresor, “Su punto débil, es la seguridad y la soledad”. A mi, me daba pánico no ser aceptado por mis compañeros. “Ser el intocable” lo hace todo mucho más fácil, desde luego.
El Bullying, no se toma, no se bebe, pero es”una droga” igual que el alcohol. Sientes una superioridad, un poder, un respeto de la gente hacia ti, que es adictivo. Pero, piensa lo que haces porque para que tú puedas disfrutar de ese minuto de subidón de adrenalina, llevas al infierno a un compañero, porque le destrozas la vida”
Yo era así porque era un cobarde que jugaba a ser “de los guays”. Cuando realmente no era más que una pantomima de mentiras.
Supongo que ahora, y viéndolo desde la distancia, culpo también a los profesores. Seis alumnos, contra uno, por Dios. Eso era un abuso continuo ¿Y me están diciendo que no se dieron ni cuenta? No me lo creo.
El profesorado no hizo nada al respecto. Lo intentó tapar, hablando con el alumno afectado, como si este se fuera a atrever a hablar teniendo a 6 personas detrás amenazándole. La culpa tampoco es de los padres, porque en su mayoría, no saben que pasa de puertas para afuera.
Lo que sí aprendí, de todo eso es que expulsando al “malo” de la película se empeora todo. “Genera más rabia y más problemas, no beneficia a nadie”. Además, el problema solo pausará por el tiempo que el agresor no esté. Pero lo que se quiere es erradicar esto, para siempre. Y la mejor solución es la reunión de todos los implicados.
Ahora, no sé nada de los chicos del grupo, y del chaval que le hacíamos bullying tampoco. Solo quería pedir perdón, a ese chico. De verdad, de corazón, espero no haberle jodido la vida. No podría.
Actualmente, en el trabajo, no me queda ninguna secuela de “ex-acosador” o ganas de hacer “mobing” (Acoso laboral). Tengo muy buena relación con todos mis compañeros. Supongo que, mis padres tomaron la mejor decisión cuando decidieron llevarme al psicólogo.
Antes de despedirme quiero decir a todos los chicos y chicas que se dedican en molestar a otro compañero, que piensen. Que pausen un segundo y piensen, porque lo hacen lo que le están haciendo ¿Es justo? Nunca lo será, así que paren. No sean el motivo de desdicha de una persona. Eso os hará más infelices todavía.
¡Mucho ánimo!
No os olvidéis de que el instituto no es eterno. Y que todo lo que se siembra se recoge durante el camino.
CASOS ANTERIORES
Me uní con malas compañías, y mi temor por no ser aceptado y sufrir las burlas de mis compañeros me pesaban e importaban bastante.
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