Viajes de grandes mujeres por Castilla y León

GRANDES MUJERES, GRANDES VIAJES

Tras los pasos de tres mujeres que dejaron huella en sus viajes por Castilla y León

© Texto y fotografías: JAVIER PRIETO GALLEGO

Vivieron vidas intensas, azarosas, duras y, sobre todo, ajetreadas. Eran tiempos en los que los viajes discurrían siempre entre el polvo de los caminos y el miedo a las tormentas, a quedarse atascados en el barro, a los mosquitos, a un mal bache, a unos traqueteos tan intensos que no era raro que sacaran los huesos de su sitio… Y aún así, hicieron más kilómetros que las suelas de un corredor de maratones. En esta ocasión, seguimos las huellas que dejaron en Castilla y León tres grandes mujeres, tres personajes históricos que surcaron los horizontes de esta tierra empujadas por sus propias circunstancias, por sus ambiciones, por sacar adelante sus proyectos o para aliviar sus penas. Nosotros las seguimos para avivar su recuerdo.

01 ISABEL LA CATÓLICA

Seguir al pie de la letra las idas y venidas de la reina Isabel es tarea imposible. Para su suerte -o desgracia- le tocó vivir un periodo clave de la historia de España, tan cargado de acontecimientos decisivos que la lista se hace larguísima. Por eso recorrer cada lugar en los que estuvo, paró, durmió o batalló no sería proyecto para un fin de semana: como poco para unas vacaciones largas.

Pero lo que sí que podemos plantearnos para un par de escapadas cortas es buscar su presencia en tres lugares donde su huella quedó marcada de manera profunda. A los amantes del orden cronológico les encantará empezar por Madrigal de las Altas Torres. La futura reina vino al mundo en el palacio que allí tenía su padre Juan II, fue el 22 de abril de 1451, Jueves Santo para más señas. El palacio fue cedido por Carlos I a las monjas de la orden de San Agustín en 1525 y hoy son ellas las encargadas de guiar en la visita turística que permite conocerlo por dentro. Una experiencia recomendable en cualquier momento y con cualquier excusa (Información: aytomadrigaldelasaltastorres.com).

Un segundo lugar cargado de resonancias isabelinas es Arévalo. No podremos visitar el palacio en el que vivió buena parte de su infancia -desapareció- . Pero lo que sí ha perdurado es la maestría con la que los alarifes mudéjares trabajaban el ladrillo, tal como evidencian los más de 100 edificios catalogados con rasgos o elementos de este estilo que menudean entre sus calles y el contorno. Además, puede visitarse el castillo –Museo del Cereal- o pasear hasta la Casa de los Sexmos, en la hermosa plaza de la Villa, a donde los reyes Católicos vinieron en 1494 para refrendar el Tratado de Tordesillas que habían firmado con Portugal. Hoy acoge el Museo de la Historia de Arévalo. (Información: ayuntamientoarevalo.es).

Arco del Alcocer y estatua de la reina Isabel la Católica. [Arévalo. Ávila. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego]

Y el tercero podría ser Medina del Campo. Algo debieron de ver en esta localidad los Reyes Católicos para convertirla en lugar de estancias cada vez más prolongadas entre sus continuos trasiegos. Tanto que para acomodarse en ella acabaron reformando el palacio en el que, a la postre, Isabel pasó sus últimos días y dictó su testamento. Por eso son tres los hitos que se incluyen en el paquete turístico “Caminos de una reina”, organizado desde la Oficina de Turismo: el Palacio Real Testamentario, el castillo de la Mota y la iglesia colegiata de San Antolín. (Información: medinadelcampo.es).

Página institucional sobre la Ruta de Isabel la Católica en Castilla y León: isabellacatolica.es.

COMER. ASADOR CASA FELIPE (Arévalo). asadorcasafelipe.com. Su plato estrella es el tradicional cochinillo asado en horno de leña.

02 SANTA TERESA

Como en el caso de la Reina Isabel, raro es el camino que no tomara la mujer que dedicó su vida a reformar la orden religiosa a la que pertenecía, la de las Carmelitas, y poner en marcha hasta 17 comunidades conventuales según las nuevas reglas, repartidas por la toda la Península, nueve de ellas en poblaciones de Castilla y León. Y todo ello con los condicionantes físicos, intelectuales y espirituales propios de la sociedad del siglo XVI.

De nuevo es imposible aquí detenerse en todos los lugares por los que anduvo una santa que se ganó, con justicia, el apelativo de “andariega”. Quien lo desee no tiene más que consular la página dedicada por completo a “sus huellas” (huellasdeteresa.com) y ponerse a ello.

Estatua de Santa Teresa.Iglesia de San Pedro. Alba de Tormes. Salamanca. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego

Nosotros, hoy, proponemos detenernos en los dos extremos de su trayectoria vital, Ávila, donde nació, y Alba de Tormes, donde murió. Larguísima es la lista de lugares de Ávila relacionados con ella. Por eso, puede que lo mejor sea ponerse en contacto con la Oficina de Turismo y organizar la visita en función del tiempo disponible (Oficina de Turismo de Ávila: Tel. 920 21 13 87). En Alba de Tormes la santa dio su último aliento la noche del 4 de octubre de 1582 en una celda del convento de la Anunciación que había fundado en 1571. En él permanecen sus restos incorruptos, convertidos en un poderoso foco de peregrinación. El acceso a las reliquias de la santa, que se veneran en el altar mayor de la iglesia de este convento, y a los dos camarines tras el altar, con varias salas y muchas obras de arte, se realiza a través del Museo Carmelitano (carmelitasalba.or). Otros lugares relacionados con la santa en Alba son el convento y museo de los Padres Carmelitas, el castillo ducal -por la relación que mantuvo con la Casa de Alba-, el convento de las Madres Isabeles -porque se alojó en él en alguna ocasión y la basílica inacabada de Santa Teresa de Jesús, levantada para dar cabida al número cada vez más creciente de peregrinos teresianos. (Información: villaalbadetormes.com).

COMER. LAS CANCELAS (Ávila). lascancelas.com. En una antigua posada del siglo XV,  a medio camino entre la catedral y la Plaza de Santa Teresa. Cocina tradicional de calidad.

03 LA REINA JUANA

Uno de los viajes más extraños que haya protagonizado personaje alguno de la historia de España es el que llevó durante tres años a la reina Juana I de Castilla, velando el cadáver de su esposo Felipe el Hermoso, por los páramos de Burgos y Palencia. Comenzó en 1506. Felipe el Hermoso acaba de ser jurado soberano de Castilla por las Cortes reunidas en Valladolid cuando encontró la muerte en Burgos. Fue tan repentina, fulminante y enigmática que sumió en un continuo delirio los desvelos de la reina Juana, la Loca.

El caso es que, ahogada por una pena tan profunda como inconsolable, recordando de repente el deseo de su esposo de ser enterrado en Granada mandó exhumar de la Cartuja de Miraflores el cadáver de su esposo y embalsamarlo. Y así, esquivando los zarpazos de la peste que ya asolaba la meseta y en avanzado estado de gestación se decidió a arrancar un escalofriante recorrido sin rumbo fijo ni prefijado, al albur de sus impulsos atormentados, dibujando sobre el terreno uno de los más extraños viajes que se han vivido por las parameras castellanas. Celosa hasta la enfermedad extrema, la comitiva real, formada sólo por hombres, arrancaba sus viajes al caer la noche para evitar que mujer alguna pudiera siquiera atisbar las facciones de su esposo, e incluso se alejaba de los conventos de monjas para conjurar tentaciones infantiles.

Restos del castillo de Palenzuela. Comarca del Cerrato. Palencia. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego

Otro largo viaje del que hemos escogido tres lugares. El de su inicio, en la  Cartuja de Miraflores (cartujadeburgos.org), de donde la reina rescata, en las Navidades de 1506, el cadáver de su esposo para embalsamarlo. Ni que decir tiene que el monumento funerario que alberga en su interior, y que la reina Isabel la Católica encargó para gloria de sus padres y recuerdo de su hermano, es una de las obras de arte más relevantes de España. Nuestro viaje se detiene en Torquemada (y vecina Palenzuela), donde la reina permaneció cuatro meses y dio a luz a su hija Catalina el 14 de enero de 1507. Y finaliza en Tordesillas, a donde llegó en el año 1509 con el féretro de su esposo, para dar comienzo un largo periodo de encierro forzado que duró, nada menos, que 46 años. La recreación de este episodio, que tendrá lugar mañana sábado a partir de las 19,30, se ha convertido en uno de los momentos festivos más destacados del calendario de Tordesillas.

COMER. LOS TOREROS (Tordesillas) hotellostoreros.com. Asados tradicionales, carta y menú degustación.

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