Coimbra, con sus más de 143.000 habitantes, es la tercera ciudad más importante de Portugal, conocida, entre muchas cosas por haber sido la capital de este país y poseer la Universidad de habla portuguesa más antigua.
A orillas del río Mondego, Coimbra se asienta sobre una colina que permite disfrutar de unas vistas preciosas y, desde la otra orilla, una espectacular panorámica en la que los edificios parecen estar dispuestos unos encima de otros.
Aunque lo ideal es disponer de al menos un par de días de viaje para exprimir al máximo la ciudad, en una excursión de un día se puede aprovechar para conocer los puntos de mayor interés y perderse por sus callejuelas empedradas.
Para nuestra excursión partimos de la plaza Largo da Portagem, donde desayunamos a muy buen precio, en la cafetería Montanha. Desde allí nos adentramos en la Rúa Ferreira Borges, calle conocida por ser la que alberga el mayor número de comercios de la ciudad. Nos desviamos por el Arco de Almedina, para cruzar la vieja muralla y accedimos al casco antiguo a través de una calle tremendamente empinada y llena de escaleras.
Subiendo las cuestas y escaleras de esta calle llegamos a la primera parada, la Catedral Sé Velha, con fachada románica del año 1.162. La entrada es gratuita excepto para ver el claustro gótico, cuyo precio es de 250 , si os interesa el arte sacro seguro que lo disfrutaréis pues es el más antiguo de Portugal. Otro dato que lo hace peculiar es que de los todos los rosetones que tiene son diferentes entre sí, al igual que los capiteles de las columnas que lo componen.
Tras salir de la Catedral Vieja, nos perdimos por las calles de la ciudad y nos dirigimos hacia la Universidad de Coimbra, fundada en el año 1.290 en Lisboa y transferida definitivamente a la ciudad en 1.537.
Allí vimos el antiguo Palacio Real y su Sala dos Capelos, que antiguamente era la Sala del Trono y, a día de hoy, acoge la celebración de los actos de mayor solemnidad de la Universidad. La Capilla de San Miguel, cuyo órgano barroco con casi 2.000 tubos es una verdadera delicia, ¡nosotros tuvimos la suerte de escucharlo en directo! y la Biblioteca Joanina donde, como las visitas de la mañana estaban completas, reservamos para la tarde.
Para aprovechar bien el día decidimos comer de picnic en el Jardim Botánico. Su entrada se sitúa justo en los arcos del Acueducto de San Sebastián y el acceso es gratuito (salvo para ver el Museo Botánico). Allí dimos un breve paseo y admiramos la gran cantidad de especies de árboles que hay en este parque fundado en el siglo XVIII.
Después nos dirigimos a la Plaza de la República y, siguiendo el consejo de mi amigo Manu, disfrutamos de un delicioso galão en la cafetería del Teatro Académico. Luego continuamos nuestra visita a la ciudad por la avenida Sá da Bandeira, que nos llevó hasta el Mercado Municipal D. Pedro V, el Jardim da Manga y, finalmente el Monasterio de Santa Cruz (declarado Panteón Nacional), que vale la pena visitar tanto por fuera, por su espectacular fachada, como por dentro, cuyas paredes azulejadas merecen que te detengas a admirarlas.
Al salir del Monasterio de Santa Cruz, recorrimos de nuevo la calle Rúa Ferreira Borges hasta la Praça do Comercio, dónde hicimos una breve parada para visitar la Iglesia de Santiago, de estilo románico, salvo su capilla mayor, que contiene un gran retablo rococó. Luego regresamos a la plaza Largo da Portagem y subimos por la calle Couraça de Lisboa para ir de nuevo a la Universidad y visitar la Biblioteca Joanina, que nos había quedado pendiente de la mañana.
Esta biblioteca, de estilo barroco y construida en 1717, alberga unas 250.000 obras y cuenta con una colonia de murciélagos que ayudan a la conservación de los libros protegiéndolos de los insectos (especialmente de la polilla). Sin duda merece la pena visitarla, ¡es uno de los grandes tesoros de Coimbra!
Tampoco queríamos perder la oportunidad de visitar la Catedral Sé Nova, que se encuentra muy cerca de la Universidad y que resulta interesante por haberse construido en dos fases, la primera en líneas clásicas y, la segunda, barroca. Destacan sus retablos, los órganos neoclásicos del siglo XVIII y el coro de ébano originario de la Sé Velha.
Desde allí regresamos a la Catedral Vieja y repusimos fuerzas con una bifana (bocadillo relleno de carne de cerdo típico de Portugal) y una Super Bock antes de regresar al hotel.
Si tienes más tiempo no te puedes perder...
Por falta de tiempo nos han quedado pendientes, para la próxima visita, los jardines de la Quinta das Lágrimas, el Convento de Santa Clara y el Museo Machado de Castro, entre otros.
Además, si vais en coche y vuestra estancia va a durar más de un día, es muy recomendable que hagáis un hueco y os acerqueis a Conimbriga, un pueblo que se encuentra a 15-20 minutos en coche de Coimbra y en el que se encuentran las ruinas romanas más extensas de Portugal.
La verdad es que Coimbra es una ciudad con mucho encanto, que te transporta a otra época!! ¿Ya la conocíais? ¿Alguna recomendación para una segunda visita? ;)
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