Mi pequeña heroína: mi madre

Hoy es un día como cualquier otro, me he levantado a la misma hora, me he hecho un buen café como siempre, he cogido la agenda como cada mañana para ver lo que me espera en el día,...

Sí, es un día como cualquier otro, pero en mi agenda viene bien señalado que hoy se celebra el Día Internacional de la Mujer.



Y para celebrarlo me he querido sumar a la iniciativa que Sara nos explica en este post de su blog Medias y Tintas, de dar visibilidad a todas esas pequeñas heroínas que están a nuestro alrededor pasando desapercibidas.

Estas mujeres hacen cosas increíbles que nadie cuenta y estoy con Sara de que ya es hora de que se sepa lo fuertes y maravillosas que son.

Yo empiezo con mi madre, sí, mi madre. Y os cuento un poco de su historia.



Una niña de una familia acomodada de un pueblo pequeño de Córdoba, como es Adamuz, que conoce al amor de su vida.



Con 22 años se casa con su novio, el único que ha tenido, y se traslada a la ciudad donde no conoce a prácticamente nadie.



Como a su marido le gustan los niños y se encuentra sola, con 24 años decide tener un bebé. Esperando un niño, viene al mundo en el pequeño piso que tiene el matrimonio, una niña de piel rosada, pelo negro y unos ojos enormes azules, llevándose una sorpresa.



Pasados unos años, ya con 27 decide encargar al niño. Nace un bebé con piel morena y ojos negros que enamora nada más nacer a todas las enfermeras de maternidad.



La niña se pone enferma y como su marido trabaja, es ella la que la lleva a todo tipo de médicos hasta que la ingresan en el Hospital Reina Sofía por Leucemia, sí, esa enfermedad que está últimamente tan visible en las redes sociales. Su hija se moría, los médicos no le daban ninguna esperanza de vida, pero ella junto a su marido no tiraron la toalla y sí, costó, costó mucho esfuerzo, mucho dinero, mucho dolor, muchas lágrimas,... pero ahí está, su familia no disminuyó, sino que creció. Y con 44 años tiene al pequeño de la familia en unos momentos no muy buenos para ella, llenando su vida de alegría nuevamente.



Una mujer luchadora que no sólo tuvo que luchar con su hija, sino que también le tocó luchar por ella, porque el cáncer la volvió a castigar, esta vez, en su útero y volvió a ganar.



Como veis, una mujer que ha sido ejemplo y seguirá siendo para muchas mujeres, sólo hay que pasar por la Asociación Contra el Cáncer de Córdoba, situada en la Calle Miguel Benzo, seguro que no encontráis a nadie que no la conozca.

Esta es mi pequeña heroína. ¿Cúal es la tuya?

¡¡Feliz día de la Mujer!!

Fuente: este post proviene de Pequeños Accidentes, donde puedes consultar el contenido original.
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