Esto me recuerda a la primera vez que comí una magdalena. Tenía yo 12 años, era verano, y acababa de llegar a un país bastante alejado del mío. Hay veces que no me acuerdo de ciertas cosas, soy demasiado despistada, pero ese momento lo recuerdo a la perfección. Incluso me acuerdo de ese sabor tan espectacular que inundó mi boca al primer bocado que le di a mi magdalena mojada en leche. Eran las típicas magdalenas artesanas que vende el panadero que para en el pueblo, en una bolsa transparente cerrada con cinta adhesiva amarilla. En ese momento paladeé el paraíso y, aunque a día de hoy guarde en mi memoria tan extraordinario sabor, nunca he conseguido volver a saborear nada parecido, ni siquiera comprando las magdalenas artesanas del pueblo.
Sin embargo, he descubierto que esta experiencia extrasensorial no se limita únicamente al gusto. Para los que nunca lo han experimentado puede que esto les suene a locura, pero por favor, dejadme explicarlo. El año pasado, allá por junio-julio, me encontraba yo elaborando mi Trabajo de Fin de Grado, en el cual trataba sobre la sociedad francesa a partir de 1970 así como del Néo-polar (soy de literatura, no podría ser de otra forma). A mi tutor le he de dar las gracias por haberme descubierto este género literario antes desconocido para mí, ya que gracias a él y a la elaboración de este TFG he descubierto a cuatro escritores maravillosos: Thiery Jonquet, Jean-Claude Izzo, Dominique Manotti y Didier Daeninckx. Todos ellos tienen obras extraordinarias, pero sólo me quiero detener en una obra en concreto del señor Izzo.
Pinchad en la imagen para ir a la página de J.C. Izzo
Izzo, que desgraciadamente falleció a la edad de 54 años en enero del 2000, dio vida al protagonista de famosa trilogía (Total Kheops, Chourmo y Soleá): Fabio Montale. Este personaje era distinto a todos cuantos había conocido hasta el momento, y se caracterizaba por, entre varias cosas, su gusto por la gastronomía marsellesa. Cuántos platos habré degustado junto a Montale, sin tener que llevarme alimento alguno a la boca; cuántos olores habré disfrutado sin que me llegasen los vapores de las ollas sobre el fuego; y en definitiva, cuántas veces habré salivado y oír rugir mi estómago, por no alimentarlo con tan nuevos y deliciosos manjares. Con Montale uno aprende no sólo cómo sabe un plato típico marsellés, sino también cómo se prepara y cómo hay que proceder para disfrutarlo de forma tradicional. E incluso muchas veces nos acerca a otras gastronomías exóticas, que uno puede encontrar en una ciudad tan multicultural como Marsella.
A todos aquellos que disfrutan realmente de la gastronomía, les recomiendo leer esta trilogía, aunque Izzo no es el único que fusiona buena literatura con buena gastronomía. Se suele conocer como "Novela negra mediterránea", y encontramos otros autores como Manuel Vázquez Montalbán (escritor español a quien Izzo hace un homenaje con su personaje, de ahí que se apellide "Montale"), Andrea Camilleri (escritor italiano que también homenajea a Montalbán dando vida al comisario Salvo Montalbano), y a Pétros Márkaris (escritor griego).
Algún día me atreveré a realizar alguna de las recetas que Fabio Montale describe tan detalladamente, especialmente la Bouillabaisse (bullabesa) de Honorine, pero de momento tengo prohibido consumir cualquier producto que venga del mar o tenga soja o sea rojo. El día que me quiten esta prohibición honraré a mi cuerpo con un atracón de pescado y marisco, y nada mejor que esta receta para inaugurar una nueva etapa en mi vida. Quien quiera conocer el secreto de Honorine, deberá seguir los pasos de Montale, y yo os animo a ello.
Buena lectura, buen provecho, y hasta la próxima :).
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