Valor terapéutico y modo de aplicación
Las semillas: La tisana de las semillas de lino se emplea en el tratamiento de las enfermedades infecciosas del aparato respiratorio. Activa la circulación y favorece la función de los órganos eliminadores de impuresas y toxinas. Combate el reumatismo, la gota, las disenterías, la cistitis, nefritis y blenorragias. Como laxante hasta una taza por día.
Asimismo se usan como emolientes y resolutivas de gran efecto en el tratamiento y curación de furúnculos, granos y heridas. Los cuerpos extraños, o las formaciones pútridas, que aparecen en los músculos como consecuencia de contusiones, impurezas de la sangre, etc. son arrojados fuera, sin dolor, disueltos o madurados por una cataplasma del cocimiento de linaza. Se hierbe hasta que se haya obtenido una pasta consistente, luego se coloca, tibia en un paño limpio, regularmente extendida, y se aplica directamente a la parte afectada, se amarra y de deja hasta el día siguiente.
Esta misma cataplasma se emplea, en mayor proporción, para hacer desaparecer el agua de los pulmones en la pleuresía. Las hinchazones diversas, las inflamaciones duras de los pechos de mujeres que amamantan y favorece la curación de las úlceras y caída del estómago.
En fomentos, baños o cataplasmas calientes, estas semillas se recomiendan en el combate de diversas enfermedades cutáneas (herpes, eczemas, etc.)
La harina integral de lino: La harina de lino, para ser de la mejjor calidad y portadora de las mismas virtudes medicinales que las semillas, debe ser preparada en casa. Puede usarse una máquina de moler, un mortero, etc. Puede ser usada en forma de tisana, remojada o en los alimentos. Hay que tener cuidado de no exceder la dosis, pues la intemperancia en el uso de lo bueno también trae malas consecuencias. Cuando no se puede obtener la harina, se puede usar la semilla indistintamente.
Es utilizada interiormente en tisana, en el tratamiento de absesos, acidez, fermentación y otras perturbaciones del estómago, en el asma, catarros, tos, pleuresía, tuberculosis y otras afecciones de aparato respiratorio. También en las diarreas, úlceras y otras anomalías de los intestinos, afecciones renales y hepáticas, diabetes y hemorroides, uretritis y envenenamientos. Tanto interior como exteriormente, la harina es indicada para combatir la gastralgia, el estreñimiento y las enfermedades infecciosas de los bronquios y pulmones.
La harina debe remojarse durante dunas diez horas en agua limpia, luego se endulza con miel de abejas y se come en ayunas.
El aceite de linaza: Es usado exteriormente como un poderoso remedio en el tratamiento de las enfermedades pulmonares y bronquiales. Para ello se aplicarán fricciones en el pecho y espalda con unas gotas de este aceite. Dichas fricciones deberán ser hechas con la palma de la mano, lenta y continuadamente hasta hacer desaparecer casi por completo el aceite. Luego se limpia para no manchar la ropa y se cubre el cuerpo. Se debe tener mucho cuidado de que el paciente no se enfríe, para lo cual la habitación debe estar adecuadamente calefaccionada. Se repite esta operación dos o tres veces por día.
El aceite de linaza actúa poderosamente como expectorante, resolutivo y refrigerante de las enfermedades infecciosas. Por eso es muy recomendado en las afecciones de las amígdalas de la garganta, de la tráquea, bronquios y pulmones. Recuerda que debe ser aceite puro de uso medicinal.