Las 10 Razones por las que ya Deberías Haber Viajado a Marruecos

Viajar a Marruecos_

Marruecos es uno de mis países favoritos. Sin duda, la ruta por Marruecos de 7 días que hice con mi amiga Alicia, dejó huella.

Así que en este post, quería mostraros, a través de los ojos de Oliver, más experiencias y aventuras que puedes vivir si decides viajar a Marruecos. No te pierdas su blog, Oliver Trip para descubrir cómo viajar más por menos.

Razones para viajar a Marruecos


Visité Marruecos por primera vez en octubre de 2015. Pese a ser andaluz y tener el país tan accesible, nunca antes me había planteado la idea de hacer una escapada.

Un día, planeando mi próxima aventura con uno de mis mejores amigos, surgió la idea de viajar al desierto. Recorrer el sur de Marruecos durante varios días hasta alcanzar las itinerantes dunas del desierto, nuestro gran objetivo del viaje.

Ahora, tras haber hecho ese sueño realidad, solo pienso en compartir con el mundo todo lo que viví y aprendí durante aquella semana viajando por el sur del país.

Siéntate, ponte cómodo, y ve pensando dónde dejaste tu polvorienta mochila, porque voy a contarte mis principales razones por las que tú también deberías viajar a Marruecos.

1 | Despertará tus ganas de aventura

Viajando a Marruecos


Marruecos es un país que invita a la aventura.

Si te encuentras en ciudades como Marrakech o Fez, dirígete al zoco y empieza a pasear sin rumbo fijo. Deja que los mercaderes, las curiosidades de los puestos, y los fuertes olores a especias marquen tu camino.

Alquilar un coche y tomar carretera en busca de pueblos escondidos y rincones secretos puede ser otra buena forma de llamar a las puertas de tu aventura.

La aventura no es algo que debas perseguir. Más bien se trata de actuar a su favor y dejar que sea ella misma quien te encuentre.


No busques la aventura. Deja que ella te encuentre
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Cuando realicé el viajé al desierto en octubre de 2015 tuve la oportunidad de compartir coche con dos chicos salmantinos. Dos días de viaje en carretera que jamás olvidaré.

No por algo en especial, sino por la serie de experiencias que tuve la suerte de vivir. Desde las risas y conversaciones en el coche con buen rock sonando de fondo, las paradas obligatorias allá dónde divisábamos lugares con buenas vistas, hasta los incontables tés que compartimos con los lugareños del camino.

Aunque la busques, quédate tranquilo. Marruecos se encargará de presentarte en bandeja tu tan ansiada aventura.

2 | Lo tienes a la vuelta de la esquina

Mujeres Marruecos


Si al igual que yo resides en España, tienes delito si todavía no te has animado a hacer una escapada a Marruecos.

No solo cuentas con la posibilidad de tomar el ferry a Tánger desde Algeciras, Ryanair también ofrece conexiones por 40 – 50 euros ida y vuelta a ciudades como Marrakech, Rabat, Tánger o Fez.

¡Menos de lo que te cuesta viajar en bus de Madrid a Barcelona!

Siempre que hablo con alguien que también ha estado en Marruecos coincido en que, los residentes en España, no valoramos la oportunidad que tenemos al poder viajar a un país tan exótico, culturalmente hablando, de forma tan fácil, rápida y económica.

Viajeros de todo el mundo emplean España como puente para cruzar a África, alucinados y encantados por las facilidades que se encuentran en el camino.

El miedo y los prejuicios aparecen una vez más para limitarte en este sentido. Yo mismo fui víctima de ellos hasta que llegó el día en que decidí dar el paso y lanzarme a la aventura.

Ahora, tras haber visitado Marruecos y estar organizando mi segunda escapada, no pienso en otra cosa que en contagiar mi entusiasmo a todos mis amigos, conocidos y lectores.

3 | Es realmente barato

Las 10 Razones Haber Viajado a Marruecos


Crédito: Alex Drainville (Flickr)

No solo los vuelos están tirados de precio.

En Marruecos puedes comer completos menús por 3 o 4 euros, dormir en hostels con habitaciones compartidas por 5 euros o dobles en hoteles por menos de 20, pagar céntimos por utilizar el transporte público o hacer autostop y encontrar alguien que te lleve gratis en menos de 15 minutos.

El tema de las compras y el shopping también es muy rentable, siempre y cuando no te cortes a la hora de regatear precios y “pelearte” amablemente con los mercaderes.

Regatear es fundamental y algo intrínseco a la cultura marroquí. Aquí te dejo algunos principios básicos si no estás muy familiarizado con esto del regateo:

Piensa de antemano el precio máximo que estarías dispuesto a pagar y lanza tu oferta por debajo de éste.

Evita entrar en discusiones ni cabrearte porque pienses que están tratando de timarte.

Sé consciente de las cantidades que estás negociando. Aunque parezca mentira, algunas veces te verás regateando céntimos, algo que visto desde fuera es bastante ridículo.

Tómatelo como un juego. Saca tu mejor sonrisa y trata de divertirte. El regateo es algo que a algunos puede frustrar y a otros entretener.

Independientemente de tu posición, trata de adaptarte a las circunstancias y no olvides que estás en un país con una cultura diferente a la tuya. Al fin y al cabo, habrán sido tus ganas por descubrir, conocer y aprender las que te habrán llevado hasta allí. ¿O me equivoco?En mi anterior viaje a Marruecos me propuse el reto de pasar una semana con un presupuesto de 200 euros, incluyendo vuelos, transporte, alojamiento, comidas y actividades.

Y he de reconocerte que lo conseguí sin pasar hambre, descansando como un bebé y haciendo todo cuanto me apetecía.

¿No me crees? ¡Compruébalo por ti mismo!

No te pierdas este super post:

Consejos para Viajar a Marruecos y que sea Inolvidable.



4 | El fuerte contraste cultural

Colores de Marruecos


Cada vez es más habitual viajar a países como Tailandia, Nueva Zelanda o México en busca de ese exotismo y esa sensación de sorpresa que cada vez nos cuesta más encontrar en Europa.

Para desplazarse a este tipo de destinos, por lo general, hay que pagar cientos de euros por un billete de avión. A no ser que hayas tomado la decisión de realizar un gran viaje empleando medios de transporte alternativos.

Este fuerte contraste cultural que tanto nos atrae y deja huella en nuestros viajes lo tenemos disponible a muy pocos kilómetros de la península.

En poco más de hora y media de avión aterricé en la vibrante y enérgica Marrakech. A salir del aeropuerto conocí a una chica que también acababa de dejar su avión, con quien compartí taxi hasta la plaza más céntrica y alborotada de la ciudad, Jemaa El Fna.

El choque cultural y mi asombro era tal que no tuve más remedio que sentarme unos minutos para observar, detalladamente, todo lo que estaba sucediendo a mi alrededor.

Marruecos


Las ruidosas vespinos atravesando plazas y callejuelas; mercaderes saliéndote al paso como mejores postores para venderte su exquisito zumo de naranja natural o sus poco prácticas y extrañas artesanías; o dueños de puestos y restaurantes que, sin mediar una palabra, te ofrecían un pinchito de pollo o mencionaban un par de frases en tu idioma que habían memorizado con tal de captar tu atención.

Todo eso sin contar los encantadores de serpientes, los monos en pañales y atados con una cadena al pie de su dueño, y los carros de caballos que, por un segundo, te hacían creer que estabas paseando los alrededores de la Giralda de Sevilla.

Si yo, procediendo de  una ciudad con fuertes influencias árabes como es Granada, no pude ocultar mi sorpresa, no quiero ni imaginar la reacción de alguien que apenas haya entablado contacto previamente con la cultura árabe o el islam.

Las cinco llamadas a la oración diarias, la imposibilidad de tomarte una cerveza en cualquier bar o restaurante, o la sorprendente amabilidad y hospitalidad de los locales, eran cosas que difícilmente te dejaban indiferente y que creías que eran cosas de libros y películas.

Marruecos es un país que deja huella y te enseña a ver tu pequeño mundo occidental como lo que es, una forma o estilo de vida más. Ni mejor, ni peor.

5 | La deliciosa y abundante cocina marroquí

Sabores de Marruecos


Otra de las razones por las que ya deberías haber viajado a Marruecos es para degustar la rica y variada gastronomía marroquí.

Sí, es cierto que el cerdo queda fuera del menú, aunque también te digo que no lo echarás de menos.

Mi plato favorito fue, sin lugar a dudas, el Tagine de Pollo acompañado de una deliciosa sopa marroquí o Harira.

Las ensaladas son igualitas a la Pipirrana andaluza que, para quien no sepa de qué hablo, están compuestas de tomate, pimiento y cebolla, todo muy picadito y aliñado con sal y aceite.

El Cous-Cous es otro de sus platos estrella. Este te recomiendo que lo pidas para compartir, ya que suelen ser bastantes agradecidos con las raciones.

Y su exquisito té verde. Qué te voy a decir. ¡Me volví adicto!

El té se toma a todas horas. Antes, durante y después de comer; cuando se está aburrido o como forma estándar de iniciar una conversación con alguien. Así que no te extrañe que más de una vez quieran invitarte a un té marroquí bien caliente.



Mi consejo, al igual que para cualquier otro destino, es que pruebes todo aquello que tengas oportunidad de echar a la boca. Deja que tu paladar juzgue primero y decide después si quieres un segundo bocado.

Eso sí, procura que el agua siempre sea embotellada y lávate las manos antes de cada comida. Lo más seguro es que no tengas ningún problema estomacal, pero como siempre, mejor prevenir que curar.

6 | La hospitalidad de su gente

A lo largo de los 7 días que duró mi aventura hacia el desierto tuve la oportunidad de interactuar bastante con la población local.

Moha y Pietro, dos jóvenes marroquíes que trabajaban en el hostel de Marrakech dónde me alojé dos noches, me trataron como si de un amigo de toda la vida se tratase.

Sin que yo lo pidiese me servían de comer y se sentaban a compartir un té con tal de conocer más sobre los motivos e intereses de mi viaje.

En todos los lugares donde nos deteníamos, siempre encontrábamos a alguien abierto a iniciar una conversación.

Si hay una cosa que admiro de los marroquíes es su facilidad para los idiomas y su poca vergüenza, en el buen sentido, para ponerlos en práctica.

No importa si no hablas árabe, frances o inglés, el marroquí estará ahí para hacer todo lo que esté en sus manos para comprenderte y hacerse entender.

Luego mi amigo Moha (sí, al parecer Moha es sinónimo de Jose o Antonio aquí en España) nos alojó dos noches en su humilde casa del desierto, fabricada con adobe y paja, sin cobrarnos nada a cambio. Nos invitó a cenar junto a su familia y nos ofreció la posibilidad de irnos con él de acampada a las dunas.



Un ejemplo más de que viajar es el rompedor de prejuicios por excelencia. Todo lo que habías asimilado previamente como verdades absolutas, el viaje te lo derriba haciéndote ver la realidad desde una perspectiva totalmente opuesta.


Viajar es el rompedor de prejuicios por excelencia
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7 | Abrirá tu mente

Y hablando de romper prejuicios, la hospitalidad marroquí no será tu única gran revelación del viaje.

Desde los lamentables atentados del 11 de septiembre, los musulmanes y la cultura árabe en general se han visto constantemente asediados con sentimientos racistas y de odio por parte de un destacado porcentaje de la población occidental.

Acusaciones procedentes, como es obvio, de personas que nunca antes han pisado territorio árabe ni han entablado relación alguna con musulmanes.

Un viaje a Marruecos abrirá tu mente en este sentido y te expondrá ante  un mundo diferente al que los medios de comunicación y parte de la sociedad occidental te habían presentado.

Nunca olvidaré aquel día en que mi amigo Migue y yo nos animamos a hacer autostop para desplazarnos desde Hassi Labiad a Rissani, ciudad donde debíamos coger el autobús nocturno de regreso a Marrakech.

Al comienzo de mi viaje la idea de hacer autostop en Marruecos me parecía disparatada y demasiado arriesgada, pero solo necesité de unos pocos días de rodaje para cambiar el chip.

Conforme iba avanzando kilómetros de carretera hacia el desierto vi como tanto niños que acaban de salir del colegio, como aparentes ejecutivos trajeados, se animaban a sacar dedo y a hacer señas para que les hicieras hueco en tu vehículo.

Fue entonces cuando, en la última etapa del viaje, nos animamos a probar suerte. Tardamos una hora en que alguien parase a recogernos. Poco tiempo teniendo en cuenta que durante ese intervalo la cantidad de vehículos que transitaron el lugar no superó la decena.

¿Pero cuál el factor sorpresa que nunca imaginamos?

Lo mejor de Marruecos


Que los encargados de recogernos y hacernos el favor de llevarnos a Rissani fueran dos mujeres, madre e hija.

¿En serio crees que aquí en España dos mujeres recogerían a dos tipos de metro noventa con un pañuelo bereber en la cabeza?

Te puede dar el sol, y nunca mejor dicho.

No me cabe duda que el autostop es una cuestión cultural.

Allí es común dejar que alguien te acerque unos cuantos kilómetros hasta el próximo pueblo. Aquí todavía no está tan bien visto. Aunque bueno, he de reconocer que en occidente vamos por buen camino.

¡Gracias economía colaborativa por brindarnos tantas y tan buenas oportunidades! Qué adorables son tus hijos Blablacar y Amovens.

8 | Descubrirás lugares de película, literalmente

Quizá tengas la idea equivocada de que en Marruecos todo paisaje es desértico y desolador.

Sí, el desierto es uno de los mayores atractivos, pero a él lo he preferido nombrar como un motivo separado del resto.

En Marruecos encontrarás maravillosas playas como las de Agadir o Esauira; la extensa y asombrosa cordillera del Atlas; u oasis y palmerales de cuento en medio del desierto.

Mi segundo rincón favorito del país, seguido del inmenso y agotador Sáhara, es la ciudad o Ksar de Ait Ben Haddou.

Esta ciudad fortificada se encuentra a unos 30 kilómetros de la ciudad de Ouarzazate, a los pies del Atlas, y ha estado durante décadas en el punto de mira de grandes directores, convirtiéndola, literalmente, en una ciudad de cine.

Un lugar de parada obligatoria para todo aquel que emprenda camino hacia el desierto.

¿Lo mejor de todo? El contraste de luces que sus mágicos atardeceres regalarán a tu vista.



9 | Las puertas del Sahara

Viajar al desierto es algo que todo el mundo debería hacer, al menos, una vez en la vida, y en Marruecos tienes una de las principales puertas de acceso.

Tienes opción de adentrarte desde las localidades de Zagora o Merzouga. Personalmente escogí la segunda por ser la más recomendada entre los locales a quienes había consultado de antemano.

Y creo que acerté.

Una vez allí tuve la oportunidad de pasar dos noches en el desierto, acampando una de ellas entre dunas.

Encontrarás infinidad de excursiones que incluyen paseo en dromedario hacia el interior de las dunas, acampada en una Jaima bereber, cena bajo el cielo más estrellado que nunca antes hayas visto, y madrugón para ver un mágico e imborrable amanecer.

El tema de las excursiones es delicado ya que, al ser algo turístico, puedes tener la mala suerte de toparte con un masificado grupo que acabe con todo el encanto del momento.

Como te comenté antes, yo me estuve alojando en casa de mi amigo Moha quien, por un módico precio, nos realizó la misma excursión al campamento que él y su amigo tenían montado.

Una noche que jamás olvidaré en la que solo estábamos el silencioso desierto, millones de estrellas, y esa intensa e indescriptible sensación de libertad.



10 | Hoy lo tienes más fácil que nunca

Sé que planear un viaje de este tipo puede darte miedo y echarte hacia atrás a la hora de tomar la iniciativa.

Yo también tuve mis miedos y dudas en su momento.

Viajar a Marruecos y, sobre todo, alcanzar el desierto, es una aventura al alcance del bolsillo de todos. Jamás imaginé que podría vivir una experiencia tan memorable habiendo gastado tan poco.

Tras regresar de Marruecos afloró en mí la necesidad inmediata de compartir con el mundo y contagiar todo lo que había vivido y aprendido durante aquellos inolvidables 7 días.

Por ello no solo he publicado varios artículos hablando sobre el país y la experiencia en mi blog, sino que me he tirado a la piscina de lleno y he organizado un viaje en grupo de diez días al desierto.

Pero no un viaje organizado cualquiera. Más bien se trata de una aventura en equipo. Una experiencia que te lleve a vencer tus miedos y te ayude a coger la soltura y confianza suficiente para realizar tus futuros viajes por libre.

Hoy te doy la oportunidad de compartir esta aventura conmigo y con otros viajeros inconformistas. Formando parte del viaje, ayudándome en la organización, y abriéndonos juntos hacia el desierto tal y como hice yo hace unos cuantos meses atrás.

¿Te animas a vivir esta excitante aventura conmigo?

¡Te espero al principio del camino para dar el primer paso juntos!

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