Cómo saborear un día con poco dinero.
Hola a todos, hoy es el día de los trucos, y se me ha ocurrido rescatar uno de los primeros post que hice, tiene casi siete años, y es de ideas para disfrutar un día familiar con poco dinero. Se me ocurrió revisarlo porque ayer os contaba, en el post de premios, como había empezado con esto del blog.
Lo bueno de revisar estos post(nunca releeo nada porque lo veo todo muy lleno de fallos) es que me ha hecho recordar un día muy bueno que tenía olvidado, un día que disfrutamos mucho y que además, de noche, pude terminar tomando un café con mis padres y hablando. ¡Cómo ha cambiado mi vida! En aquellos momentos estaba en una situación económica complicada y muy inestable, pero todos estábamos bien y yo eso lo valoraba mucho. Ahora todo es distinto y falta mi padre, pero aún así tengo mucho que agradecer.
Sin más rollo os dejo con el post, está tal cual aunque he puesto algún espacio porque antes, no sé por qué, en el blog apenas dejaba espacio entre párrafos, como si me diese miedo gastar la hoja de una libreta, jejeje. Os advierto que está cutrecillo pero me ha traído muy buenos recuerdos.
Y sin más rollo empezamos.
¿Nunca os ha pasado que ya no sabéis donde ir con los niños porque parece que se cansan de todo?
Eso me pasó a mí más de una vez, pero a veces, si estaba mejor de dinero podía llevarlos a merendar a un sitio novedoso o a pasar la tarde a algún merendero para que jugaran al aire libre.
Pero una de esas veces en las que ya no sabíamos que hacer, mi presupuesto era más que limitado. Y si me quedaba por la ciudad corría el riesgo de que me preguntaran - ¿Mami, podemos comprar un helado? o Mami, ¿podemos ir al kiosco? o peor aún, - Mami, tenemos sed, ¿podemos tomar algo? y claro, yo no quería decirles que me quedaba poco dinero y llevarles por ahí y no dejarles luego hacer nada no era plan, vaya rollo. Quería mantenerlos libres de preocupaciones y que disfrutasen. Por la mañana los había llevado a la playa a bañarse, así que esa opción quedaba descartada. Pero no importaba, no podía rendirme, así que les propuse un plan divertido.
Ese día descansaba mi marido, y genial pues iríamos los cuatro. Con los huevos y patatas que me quedaban preparé una tortilla, que era lo que iba a hacer para cenar de todas formas, y la metí en una cesta que guardo del año catapún y que era de mi madre. Metí unos platos de plástico, pan, las botellas de agua y un melón y les puse a los críos ropa cómoda y playeros.
Y en la cesta metí mi viejo mantel de cuadros y unas bolsas de plástico.
La ventaja que tengo es vivir en Asturias, donde todo está muy cerca, y precisamente muy cerca de mi casa empieza una ruta que transcurre paralela río y que se puede hacer en bici o andando, y ese día la hicimos andando porque el objetivo era coger moras, y con la bici tienes que estar parando a cada minuto.
Nada más dejar atrás la ciudad vimos los matorrales plagados de negros frutos que parecían puestos allí para que nosotros los cogiéramos. Con cuidado para que los niños no se pincharan las cogimos y las fuimos metiendo en las bolsas. La recolección fue muy divertida, “peleando” a ver quien cogía más y quien las más grandes.
A la vuelta, con las manos negras y muertos de hambre paramos en un rincón junto al río y allí, igual que en las pelis inglesas saqué el mantel de cuadros y cenamos en plan picnic. Por la zona hay mesas pero ellos querían un picnic de verdad, sentados en el suelo. Después reposamos mientras veíamos como la tarde iba declinando poco a poco. Yo no sé que pasa por esta tierra mía pero al atardecer todo huelo mejor, y embriagados de los aromas del ocaso jugamos un poco y después volvimos a casa, cansados pero con esa sensación de haber tenido un día perfecto.
Los niños se lo habían pasado en grande, no había gastado nada y ellos nunca sospecharon que la excursión se debió a los escasos fondos de sus padres.
Y al día siguiente, a hervir tarros y a preparar mermelada de mora. Y a comer moras de postre, porque teníamos muchas.
Si alguna vez tenéis poco dinero para salir no os quedéis en casa, siempre hay opciones, pero ante todo no les deis a los niños la sensación de estar haciendo algo malo porque salgáis sin gastar dinero, es horrible que alguien salga protestando a la calle porque no va a gastar, como si salir sin gastar fuese un delito. No solo es necesario consumir para ser feliz. En todas las ciudades hay actividades que no cuestan dinero, solo es cuestión de poner ilusión. Aunque ya sé que todo esto lo sabéis, pero me gusta insistir porque a veces nos vemos tan saturados de problemas que nos olvidamos de lo más importante. Y los niños crecen muy deprisa y sino aprovechamos los años de infancia para estar con ellos e inculcarles estas cositas, cuando nos demos cuenta estamos viviendo con unos desconocidos que encima ya son adultos.
Bueno, vaya rollo solté, ya os dejo y os espero. Porfa, dadme vosotros también ideas, que las pondré en práctica seguro.
Y ahí se acabó mi post antiguo, escrito el 24 de julio de 2011 y publicado a las 23:20, aunque lo que cuento ocurrió uno o dos años antes de escribir el post. Mil gracias por todo, y perdonad los fallos, abuso del pretérito perfecto simple(como buena asturiana) y he metido palabras asturianas que no sé yo si se entenderán. Ahhhh, y el sitio al que fuimos es este.
Mil gracias por todo y hasta mañana.
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Qué hacer en un día de "escasos fondos"
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