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I´m Currently Loving 2016.

I´m Currently loving 2016.

Hola a todos. Ya se acaba la semana, el mes y el año, que por cierto me ha volado.

Hoy vengo con un resumen del año, en vez de poner mi tradicional I`m Currently Loving del mes lo pongo del año, como hice el año pasado aquí.

Este año ha tenido muchos altibajos pero ha sido notablemente mejor que el anterior, en el que tuve que sobreponerme a una pérdida traumática, inesperada y terrible en plena Navidad. Y aunque lo pasé fatal logré encontrar lo bueno, así que este año que fue mucho mejor, he encontrado muchas cosas buenas, que es lo que busco.

Y sin más rollo empezamos.

Enero fue un mes lleno de sol y días grises, de propósitos y comienzos, de excursiones, paseos por la playa y tardes en familia.

Pudimos montar en trenes de vapor que tienen más de cien años porque a mis hijos les gusta mucho hacer estas cositas.



Y pasear al atardecer, charlando sin prisa.



Y llegó febrero, el mes más corto que este año fue un poco más largo, el mes de la nieve y las flores que empiezan a aparecer, de los paseos largos y los asomos de primavera, el del carnaval, las risas y las meriendas.

Pudimos deleitarnos con unas flores espectaculares, llenas de vida y buenos recuerdos.



Y ver la nieve cerca, invitándonos a ir a jugar con ella.



Y entonces vino marzo, con sus días más largos, con la Semana Santa, los paseos por la playa, las risas y las ganas de hacer muchas cosas.

Aunque no somos religiosos no podemos dejar de admirar estas tallas, parecen tan reales...



Pudimos pasear por la playa de noche, ese aire frío es de lo más vigorizante.



Abril llegó con complicaciones, pero como todo en la vida también dejó sus momentos buenos, instantes de paz y de descanso.

Pude maravillarme con los colores que desprendía este precioso pavo al abrir la cola.



Y pude leer al sol, con una infusión y mucho silencio.



Mayo llegó algo complicado pero también me regaló momentos buenos, paseos mañaneros por la playa, tardes caminando en silencio o charlando sin parar, meriendas ricas y deliciosas, regalos de esos que llegan al alma y mucha magia.

Me encantó pasear por la playa y ver la bruma difuminando las olas.



Y lo mejor es que aunque llueva y todo sea gris, siempre, en algún momento vuelve a brillar el sol y con suerte tenemos un arcoiris.



Junio fue el mes de las excursiones, los picnics y los paseos. Del inicio del verano, del tiempo libre, de los días largos y sin prisa y de los baños eternos en el mar.

Pudimos ir a una carbayera centenaria y comer, jugar, charlar y reír como hemos hecho siempre.



Y también pudimos pasear por la playa a la puesta de sol, ya vestidos, descalzos por la orilla y remangando mi vestido largo, como en las películas.



Julio fue un mes muy bueno. Fui a un concierto de Mikel Erentxun en el Botánico y pude verlo al lado(es que nunca me canso de ir a verlo, ainnns), mis hijos tuvieron conciertos con sus grupos, con el coro(en el post original hay un vídeo), fuimos a la playa, a la exhibición aérea o a Metropoli, a ver muchas cosas de Star Wars.

Los destellos que nos dejó Julio son irrepetibles, me encantan, pero me quedo con los cielos azules y ese mar...



Y el concierto de Mikel fue uno de esos momentos cargados de sensaciones.



Agosto fue un mes bueno, pasé unos días en el pueblo y aproveché bastante aquí cuando volvimos. Tuvimos destellos, ferias, fiestas, conciertos, fuegos artificiales y muchos momentos preciosos.

Los destellos fueron menos intensos que en Julio pero también dignos de reseñar.



Y las flores...las flores estuvieron presentes todo el mes.



En septiembre tuve que parar, problemas de salud de un familiar, preparar el viaje de mi hijo y un sinfín de cosas me impidieron seguir con el blog, pero las ganas y el mono de estar con vosotros eran muchas y en octubre volví.

Y octubre nos trajo muchas cosas buenas, puestas de sol increíbles, cuadros y paseos por los pueblos de la montaña.

Los frutos rojos nos recordaban que era otoño, mi estación preferida.



Y mi encuentro con Nuria Espert me pareció lo más.



Y llegó Noviembre, el de las castañas asadas, los árboles rojizos y la luna inmensa. El que empieza a oler a frío y a saber a tierra, el que me pone melancólica y me llena de vida.

Pude pasear por el centro y ver como mi iglesia favorita es coronada de ocres, marrones y rojizos, llenándose de magia.



Y mirando al cielo pude ver la misma luna que veía mi hijo en Italia.



De diciembre no hice post pero lo incluyo aquí. Es el mes de las compras, las cenas, los escaparates navideños, las calles con murmullos de gente y susurros de papel de regalo.

Y el tiovivo nos recuerda que todos deberíamos seguir siendo niños.



Y la paz de estas aguas con los edificios reflejados o rielando, como se diría poéticamente, me relaja, me ayuda a pensar y sentirme libre.



Si habéis llegado hasta aquí os merecéis un premio porque menudo pedazo de post me ha quedado, jejeje.

Mil millones de gracias. Mañana publicaré un post con el resumen semanal y luego me tomo un descansito hasta después de Reyes porque me está costando mucho llegar a todo, me da mucha rabia dejar comentarios sin contestar pero es que no me da tiempo. Cuando pasen las fiestas volveré a la normalidad y me va a resultar más fácil.
Seguramente iré rescatando post en mis RRSS, si no queréis perderos nada podéis seguirme aquí y aquí.

Un beso enorme, muy muy feliz año nuevo y nos vemos mañana.

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