Ilusión Pedagógica X

X

Así es. Todo sigue su camino. Pensaba mientras veía derramarse el agua de un vaso de tubo por la barra del bar. ¿Había sido un accidente? Tal vez, una imprudencia dejar aquel niño tan pequeño ir sólo a tomar aquel vaso de agua. Por otra parte, el vidrio relleno de líquido estaba a una altura relativa considerable para aquel pequeño. La suerte es que el vaso ni tan siquiera el agua cayó encima del niño, aunque no se pudo librar del enojo de su madre que a voces lo reprendió y a su cara de susto se añadieron son incontrolables lágrimas.

A todo lo sucedido, le presté atención como un antropólogo de la vieja escuela, aquellos de ropa Coronel Tapioca y cuaderno Moleskine, barba de tres días sin perfilar y gafas de montora complicada. A mi mente vino la Zona de Desarrollo Próximo, quizás con un poco de ayuda ese niño hubiera alcanzado el vaso, bebido y acomodado de nuevo el continente. Todo sin enojo materno, derramamiento doble de agua y lágimas ni mi observación impertinente. Pero, pensé en la palabra filogenética y en como ese niño con el tiempo podría hacer la misma tarea con éxito sin ayuda de nadie ni entrenamiento previo.

En aquel momento de reflexión, apareció ella y sentándose a mi lado dio un sorbo a la bebida que traía. Aquella taza de café olía a licor de crema y su color oscurro me hacía pensar que era café con licor. No importaba, porque volí a mi reflexión antropológica, pedagógica, sociológica o no sé…a mi pensamiento. Me dijo qué piensas. Le contesté con toda la historía e incluí mi reflexión. Ella mirándome fíjamente me dijo: Eres un enfermo de Pedagogía.

Fuente: FreeImages
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