From a House on Willow Street, calle sin salida

Desde sudáfrica, el director Alastair Orr, que se auto-produjo su ópera prima, The Unforgiving, en 2010, cuatro años más tarde realizó Indigenous.

Vamos al presente 2016. Dentro del marco de la 49ª edición del Festival de Sitges, nos presenta su más reciente trabajo, From a House on Willow Street, un prometedor thriller que termina infructuosamente.

Una película que da lugar a ideas equivocadas, en parte, debido a su cautivador y engañoso póster de aire retro bastante chulo. Lejos de las apariencias, Orr nos castiga, literalmente, con una película demasiado moderna, algo no debería molestar al aficionado al género. Siempre y cuando, la película hubiese sido un ejercicio consecuente y entretenido. Lamentablemente, la película es un tostón de los gordos.

Hazel enrola a un grupo de maleantes en un plan infalible para hacerse ricos de la noche a la mañana. Lo único que deben hacer es secuestrar a la hija de un millonario y esperar cómodamente el rescate. Lo que no podían prever la protagonista y sus esbirros es que la chica estaría poseída por un letal demonio.

El film ha sido proyectado en una maratón de madrugada junto con Abattoir de Darren Lynn Bousman y Horror Stories III, la cual, ya no quise ver después de semejantes dos despropósitos.

Si el trabajo de Bousman era malo, el de Orr, evoca al suicidio. El punto de partida recuerda enormemente a la reciente No respires, pero eso es lo menos perjudicial del film.


El guión escrito por Catherine Blackman y Jonathan Jordaan, colaboradores de Orr en trabajos como Indigenous o Expiration, parece que han querido realizar una libre adaptación de Posesión infernal. ¿Suena bien? Pues no, creo que no hace falta decir, que éste hace aguas por los cuatro costados.

El punto de partida en torno al thriller criminal, cambia de rumbo drásticamente al género de posesiones demoníacas, que estéticamente recuerda bastante al remake de Posesión infernal dirigido por Fede Álvarez.

El estilo videoclipero se apodera del conjunto. Los bruscos movimientos del operador de cámara son inapropiados e irritantes. Es un film que no cumple en ninguno de los aspectos, ni argumentalmente, ni técnicamente.

El reparto encabezado por Carlyn Burchell (Robocop) en el papel de la chica poseída originalmente, está bien caracterizada y crea mal rollo en alguna secuencia, pero que anda lejos de acongojar al aficionado.

Sharni Vinson (You’re The Next) en el papel de un integrante de la banda, pues no destaca, ya que el film se centra en aspectos visuales. Lo siento por el esfuerzo implicado, pero huye de esta casa, advertido estás.

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