En este yacimiento se encontraba excavando desde 1979, con ayuda de la Diputación de Huelva, un equipo de la Universidad Autónoma de Madrid dirigido por el doctor Diego Ruíz Mata. A partir de la creación de la Sección de Arqueología, ésta asumió la co-dirección de los trabajos e intervino en las campañas sucesivas que se llevaron a cabo hasta 1983.
Las prospecciones superficiales en la zona junto al arroyo de San Bartolomé, que da nombre al yacimiento, sugería la ocupación de este lugar en época tartésica. Su vinculación directa a la acitividad metalurgia es obvia en base a la cantidad de escorias que allí se han encontrado.
Iniciadas las excavaciones, el primer inconveniente era el propio terreno dedicado al cultivo y sobre todo el tipo de estructuras que allí se detectaron, lo que dificultaba la excavación al tratarse de fondos de cabañas de los que apenas quedaba su huella..
Se trata de un poblado con dos periodos de ocupación:
Uno en época calcolítica cuyos materiales se asimilan a la mitad del tercer milenio a.C.,
Otro en el Bronce Final, desde el siglo IX a. C., y perdura hasta principios del VI a.C.
Chozas realizadas con materiales vegetales
A pesar de la distancia en el tiempo en su ocupación, arquitectónica y urbanísticamente apenas sufre modificaciones ya que se trata de una ocupación no planificada del terreno con un tipo de edificaciones que se han mantenido a lo largo del tiempo como propias del entorno geográfico donde se localiza: las cercanas marismas de Doñana. Se trata de chozas de planta oval excavadas ligeramente en el suelo y realizadas con materiales vegetales perecederos tanto en la estructura como en las paredes y las cubiertas construidas con ramajes y barro, lo cual hace que de ellas solo queden prácticamente las huellas en el terreno y sean escasísimos los materiales de obra encontrados durante la excavación.El tipo de vivienda hizo pensar que se trataba de un poblado estacional, hecho que hoy por hoy no se puede confirmar, aunque bien es cierto que la población se ha ido trasladando a lo largo de los tres siglos de ocupación a las diferentes lomas que presentaba el terreno. Lo que sí se aprecia es que durante la época calcolítica la economía que regía en el mismo era de tipo doméstico-familiar, de subsistencia, no habiendo elementos que permitan hablar de la existencia de un excedente económico que posibilitara las transacciones comerciales, y que ya durante la ocupación tartésica sí se produjeron. Hay una presencia abundante de elementos relacionados con la metalurgia. Esto ha permitido ampliar el conocimiento que sobre esta actividad se tenía como principal elemento dinamizador de la economía no sólo de este poblado sino de todo el ámbito tartésico, y que está íntimamente ligado al proceso de interrelación entre fenicios y tartesios.
Fuentes:
· San Bartolomé.