Lhasa es una hermosa ciudad y capital del Tíbet. Como curiosidad, cabe mencionar que es una de las urbes más elevadas del mundo, por encima de los 3.600 metros sobre el nivel del mar. De hecho, se estima que el porcentaje de oxígeno se halla por debajo del 70%. Por ello, en los desplazamientos en ferrocarril entre distintas localidades, se inyecta pequeñas cantidades de éste elemento a través del sistema de ventilación.
Debido a sus increíbles paisajes naturales y a su milenaria tradición y cultura, cada año se acercan a conocer este incomparable lugar más de un millón y medio de personas. Además, es sede mundial de la religión budista, con templos tan destacados como el de Jokhang, construido en el año 642, siendo declarado Patrimonio de la Humanidad.
Otros dos santuarios de enorme valor han sido condecorados con este título, el Palacio de Norbukingka, siendo la residencia oficial del Dalái Lama desde 1780 y el Templo Potala. Este impresionante complejo es uno de los edificios más espectaculares de toda la región, situada sobre la montaña Hongshan y con un área aproximada de 410.000 metros cuadrados.
Una excursión más que recomendable es la visita a los Tres Grandes Monasterios, denominados Sera, Ganden y Drepung, siendo este último, uno de los más extensos del mundo. En ocasiones, ha llegado a reunir a más de 10.000 monjes bajo su techo. Si tenemos la fortuna de viajar entre julio y agosto a Lhasa, además, podremos disfrutar del colorido festival Shoton.
Seguro que en nuestras travesías por sus verdes parajes encontraremos los famosos yaks, los cuales han aprendido a domesticar y son empleados por particulares. Su carne es un manjar bastante común, la cual podremos hallar en cualquier restaurante local. Otros alimentos derivados de este bello animal es la mantequilla o el queso.
¿Y tú, has visitado Lhasa? ¿Qué es te ha parecido?
Wikipedia.org, Watchsmart/Flickr, Utpala/Flickr, Greg Walters/Flickr, Chris Feser/Flickr
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