La estatua de 'Augusto de Prima Porta' muestra al emperador romano en una majestuosa pose que combina la tensión y la relajación de sus músculos. Esta escultura romana fue descubierta en 1863, en Villa de Livia, Roma, donde se cree que fue encargada por la mujer de César Augusto tras su muerte. Sus más de dos metros de alto suponen una de las mayores atracciones de los museos del Vaticano.
Si por algo sobresale esta vertiente es por las facciones perfectas que se trazaban en los rostros a través de retratos y bustos. Un ejemplo de ello es el 'Busto de Antinoo', encontrado en su tumba junto con el resto de objetos dedicados a su persona. El hallazgo de esta escultura romana fue llevado a cabo en 1998, en Villa Adriana, actual Tívoli.
El 'Retrato de Augusto' es otra de las imágenes destacadas de este periodo, que comprenden entre los siglos IV a. C y V. Al igual que la gran mayoría de las obras que han llegado hasta nuestros días, su origen es incierto y se considera que pudo ser hecho entre los años 27 a. C. y 14 d. C. Su finos rasgos quedan ensalzados por la suavidad del mármol en que fue creado.
El 'Retrato de Catón y Porcia' es un conjunto funerario que muestra a una pareja de manera íntima, de despido, en la cual la esposa aparece reflejada mucho más joven que el marido. Esta escultura sobresale por su belleza y su sensibilidad, donde la carga se observa en la posición de sus cuerpos, especialmente sus manos entrelazadas.
El 'Retrato de Patricio llevando máscaras', más conocido como 'Brutus Barberini', es una estatua de cuerpo completo donde se refleja a un individuo, concretamente a un patricio, como se aprecia por sus ropajes, portando dos bustos de sus antepasados en solemne procesión. Esta realización simboliza el afecto que se profesaba por los familiares y los rituales de enterramiento en la Roma antigua.
¿Y tú, qué esculturas romanas destacarías?