Patarranes y Patarranas Tod@s.
Ya pasó el veranillo de San Miguel.
Y pronto llegaran fríos y lluvias. Bienvenidas sean.
Asi que... es momento de empezar a olvidar los blancos (es un decir)
Porque puestos a cerrar esta ronda (la de los blancos) lo mejor es hacerlo con uno con personalidad y tronío.
Uno con crianza.
Pues es un blanco fermentado parcialmente en barricas de roble francés.
Vamos pues "a la lucha", camaradas.
No sé si os ha pasado a vosotros alguna vez.
Pero hay ocasiones en las que te apetece "darte un homenaje"
Algunas de ellas suelen ser (que casualidad) cuando acudes al galeno.
Ya sabéis.
Esas visitas en las que (tras algunas pruebas médicas sobre las que no os pienso dar detalles, por aquello de no amargaros la velada)- el facultativo de turno te dice aquello de "está todo bien".
Que las goteras siguen en su sitio y no van a más.
Que no hay ninguna nueva.
Que "pasas la ITV".
Y que vuelvas antes del verano.
Es en esos momentos de gozo y alegría por estar "vivito, coleando y de una pieza" cuando a uno mas le apetece aquello de "darse un homenaje".
Digo yo.
Para estos lances, suelo acudir a un lugar cercano donde tributo a mi galeno... que me hace las veces de altar pagano para la ocasión.
No os quiero aburrir con los detalles del lugar, que para eso está Trip Advisor (Ver: Opinión Pastelería Mallorca)
Así que... centrémonos en el caldo en cuestión, que es interesante.
Un blanco procedente de Granada, coupage de Chardonnay y Sauvignon Blanc.
Y quizá algo más que no me atrevo a contrastar.
Pues tiene matices que no suelen aportar estas dos cepas francesas.
Fermentado parcialmente en barricas de roble francés, este Vino de la Tierra de la Ladera del Genil , se nos presenta a la vista con unos tonos interesantes, muy -como lo diría- "desarrollados".
A LA VISTA
Parece que estemos ante un blanco con exceso de oxidación, pero no es así.
Son tonos "evolucionados" por la crianza en madera, dorados y "viejunos" con -incluso- algún matiz parduzco.
Como los de una de aquellas viejas joyas que solían llevar nuestras abuelas.
EN LA NARIZ
Avances frutales, sobre todo de manzanas, de muchas clases de manzanas
También ciruelas o algún fruto rojo (si, si, ciruelas)
Y algo de aroma floral y también herbáceo al final, pero muy integrado. No molesta.
EN BOCA
Untuoso.
Graso.
Desde la comisura de los labios. Equilibrado.
Lo calificaría como... Como un vino "tenso".
Casi parece un licor cuando lo ves y recuerda la densidad de aquellos.
Muy interesante, porque después en boca y nariz no tiene nada que ver con lo que se aprecia a la vista.
Por eso no desentonará para nada en este largo Otoño.
Ni tampoco en los primero fríos, con unos quesos como los de las imágenes.
Volatería, unas setas, un foie... En fin, lo que le echen.
Tiene equilibrio y volumen.
Y también buen paso.
Es un vino "largo" para ser un blanco.
Con algún retorno balsámico.
Y eso ya es mucho.
En definitiva, una buena opción para alegrar el paladar con unos buenos condumios, al calorcillo de un tibio sol de Otoño.
Y a vivir, que son dos días.
P.D.: ¿Quizá alguien con "pedigrí" se atreva aquí a contarnos algo sobre "esos matices" que comentaba mas arriba:
¿Alguna variedad autóctona por descubrir?
¿Vijiriega?
O...
¿Quizá Palomino?
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